Las dos guerras: Capítulo II

Toni Frisell

Por: Bronny

NOTA: Al igual que en el primer capítulo de esta serie, en este vamos a continuar en la Segunda Guerra Mundial vista desde un ángulo poco habitual y reconocido. Los siguientes capítulos no tienen porqué tener correlación con este conflicto en particular. El pilar de esta serie es tratar y visibilizar la implicación de las personas afrodescendientes en las guerras producidas por los países en los que estos habitaban, mientras luchaban por sus propios derechos y libertad. Pocas son las veces en las que se ha escrito sobre conflictos bélicos sin cuestionarse el modo en el que los textos están enfocados. Humildemente, estos escritos no pretenden cambiar la historia, pero sí contarla.


El 10 de mayo de 1940, Neville Chamberlain, primer ministro de Reino Unido dimitió. Este hecho es muy significativo pues este político se había adjudicado la paz de Europa tras negociar con Adolf Hitler, y ceder ante éste cuando se anexiona para Alemania la región Germanófona de los Sudetes de Checoslovaquia. Le sucedió Winston Churchill.

Al otro lado del charco en EE.UU, todavía faltaba más de un año para que los aliados de Hitler (el Japón imperial de Hiro Hito) atacasen la base aérea de Pearl Harbor (Hawai). Por lo tanto, y pese a ciertas presiones, Estados Unidos no entró en conflicto y se mantuvo al margen. El país atravesaba una eterna ola racista que afectaba a casi cada rincón de la nación y el ejército no iba a ser menos. Los negros estaban relegados a actividades subordinadas y asistenciales para con los blancos, carecían de responsabilidad y con frecuencia tenían que ver cómo sus derechos eran pisoteados. Había oficiales negros, sí. Pero no tenían ni de lejos la misma relevancia que los blancos.

Para poner más en contexto esta parte de la historia, hemos de remontarnos al año 1925, pues el conocido Army War College (una prestigiosa academia militar) elaboraba un informe para evaluar las aptitudes de los negros en el plano general, y en lo que afectaba particularmente en el ejército y en un posible escenario bélico. Algunas de las cosas que esta gente afirmaba:

“La cavidad craneal del negro es más pequeña que la del blanco; su cerebro que pesa 35 onzas, contrasta con las 45 que tiene el blanco”

“En el proceso de evolución, el negro americano no ha progresado tanto como las otras subespecies de la familia humana”

Este “gran estudio” está muy en la línea de lo que EE.UU venía haciendo y practicando desde su construcción: Discriminar a las personas negras y usarlas para su beneficio propio. En unos años donde “el mito del violador negro” estaba en su apogeo, cualquier “estudio”/informe de este estilo solo echaba más leña a un fuego que parecía solo quemar a los no blancos, especialmente a los afro estadounidenses. Prácticamente dejaba a las personas negras en general y a los hombres negros en particular, en el límite del subdesarrollo mental.

Interesa recordar que la Army War College se encuentra en Pensilvania, un estado situado al Nordeste. Esto es muy revelador, pues se suele asumir erróneamente que el racismo en EE.UU es solo cosa del sur. Esto es una muestra de que a nivel institucional, en aquella época el desprecio a todo lo relacionado con las personas negras era la norma de acción diaria. A su vez esto nos ayuda a entender que las acciones para limpiar de racismo las instituciones fueron de gran lentitud, pues las mismas trabajaban desde el convencimiento de que los afro estadounidenses eran una subespecie.  Curiosamente no dista mucho de las políticas Nazis que 10 años después, en 1935, se aprobarían por unanimidad en Alemania. Me refiero a  las conocidas  “leyes de Nuremberg”.  

Pese al gran peso del “estudio” del Army War College a principios de los años 40, el 32º presidente de EE.UU, Franklyn. D. Roosevelt, inició trámites para crear una plataforma militar oficial que se encargase de formar a pilotos de combate negros. Esta decisión política fue criticada desde su inicio. Los contra argumentos eran firmes: “los negros cual subespecie, no son capaces de pilotar. Fin”. Con todo, a finales de 1940 se creó la primera escuela de vuelo solo para negros en Tuskeegee, Alabama, en pleno Sur. Cuesta creer que no muy lejos de esta ubicación, y también en Tuskeegee tuviese lugar el experimento más largo de la historia, en el que inocularon la bacteria que produce la Sífilis a personas negras, para ver qué efectos producía pese a existir vacuna. A la luz de nuestros días, este paralelismo muestra hasta qué punto lxs afro estadounidenses eran utilizados en beneficio de la población blanca. 

Los hombres negros seleccionados para la formación eran universitarios, y muchos eran brillantes en áreas como la medicina, mecánica, física, matemáticas etc. Pese a la excelencia de muchos de ellos, al llegar a la formación les exigieron repetir pruebas, pues los oficiales al mando no terminaban de creerse que los negros tuviesen la capacidad de ser buenos en algo y menos en destacar por encima de los blancos. Las condiciones eran claras: no se permitían armas por miedo a que se revelasen.  El clima era difícil de asimilar. Para empezar, los futuros pilotos observaban cómo se trataba mejor a los prisioneros de guerra que a ellos al igual que sucedió en la Primera Guerra Mundial, donde los negros que entraron en combate tuvieron que practicar previamente con armas de madera, pues las autoridades temían que se volviesen contra ellos.  Pese al “viento en contra” se creó el 99º escuadrón de caza, el primero formado sólo por negros.

En abríl de 1941, la primera dama Eleanor Roosevelt visita la escuela de pilotos negros y hace algo que estaba totalmente fuera del marco normativo: solicita al instructor afro estadounidense Alfred Anderson que le conceda un vuelo. Los asistentes y la seguridad de la primera dama se negaron rotundamente, pero así fue como Eleanor se convirtió en la primera pasajera de renombre que se montó en un avión pilotado por un hombre negro en EE.UU. Hay que mencionar que Alfred Anderson fue la pieza clave que contribuyó a la excelente formación de los pilotos negros. En febrero de 1942 se graduó la primera promoción de pilotos negros.

Eleanor Roosevelt y Alfred Anderson - Wikipedia

Poco después, junto a tres escuadrones se creó la Unidad 332. Se asentaron en Ramitelli (Italia), en la zona reconquistada por los aliados y estaban liderados por el que se convertiría en el primer general negro de la fuerza aérea de EE.UU, Benjamin Davis. Según las cifras que manejan algunos historiadores, eran 446 aviadores y pese a que tuvieron misiones de alcance en el norte de África, sus principales misiones para 1944 eran las de escoltar a los aviones bombarderos B17. El Objetivo era que los Bombarderos pudiesen lanzar bombas en suelo germano y austriaco, para así debilitar el impresionante poder militar alemán. 

Recordemos que algunos aviones de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) participaron gustosamente a petición del general Francisco Franco en suelo español desde 1936 después de fracasar el Golpe de Estado y evidenciarse una sangrienta Guerra Civil. (Concretamente los impresionantes Stukas. Unos aviones muy avanzados y superiores a la fuerza aérea republicana).

Se sabe que los soldados Nazis encargados de invadir Francia antes del armisticio (22 junio de 1940) consumían altos niveles de Pervitin, un tipo de droga que en grandes dosis atenúa la empatía y te obliga a estar despierto. Resultado: un soldado casi imparable.

Los pilotos negros empezaron a ser conocidos como los “Red Tails”, pues pasaron de pilotar los aviones P40  a los P51 MUSTANG (cuya cola era roja), un avión que ofrecía una gran manejabilidad y que facilitaba las misiones a acometer. Las misiones de los “Red Tails” cada vez eran de mayor responsabilidad debido a que los Nazis no paraban de causar bajas, de modo que en ese momento, esos hombres negros considerados inútiles se volvieron imprescindibles. Tal es así que sin su participación el resultado de muchas batallas habría sido más que diferente. 

Para finales de 1944, Alemania lanzó en combate el primer avión a reacción de la historia: el Messerschmitt ME262. Su velocidad era casi de 1000 km por hora y estaba muy por encima de cualquier avión de guerra de la época. Pero los “Red Tails'' contaban con una ventaja: eran muy numerosos (pese a las bajas) y apenas permitían que los Bombarderos que auxiliaban fuesen baja.  Lograron derribar radares Nazis de gran importancia logística y consiguieron contribuir enormemente a que la balanza se inclinase del lado de “los buenos”.

Estos aviadores negros y los miles de afro estadounidenses que conformaban el personal de apoyo, (médicos, mecánicos, etc) tuvieron experiencias que, por aquel entonces en su país eran impensables. Charlaban, reían y compartían momentos con personas blancas de cara al final de la contienda. Al regresar a su país y tal y como recoge el documental de National Geographic “Pilotos de guerra: Red Tails”, volvieron a su triste y familiar realidad: la brutal segregación y Apartheid.

El escenario era el de siempre. Da igual lo excelente, brillante y buenx que seas porque a veces eso no es suficiente para despejar las burlas, el acoso y los prejuicios de unas personas que creen que por ser blancas son mejores que tú. Muchos de ellos vivieron innumerables momentos de racismo. Aún faltaban 20 años para que POR LEY se terminase la permisividad legal de la segregación racial y acoso a las personas negras ...

El 26 de julio de 1948, el 33º presidente de EE.UU  y ex simpatizante del Ku Klux Klan, Harry Truman desegregaba el ejército envuelto en una gran tormenta política.

Muchos historiadores apuntan a que gracias a la desegregación en el ejército, la estructura de poder pudo seguir beneficiándose sin tantas restricciones a los negros en los conflictos bélicos que después vendrían. Los afro estadounidenses luchaban por un país que no les reconocía como iguales en prácticamente ningún ámbito. 

El sentimiento del deber de estas personas negras contrasta con el modo en el que el movimiento por los derechos civiles actuaba, pues algunos querían demostrar a los blancos continuamente su valía y otros muchos no querían contribuir a una maquinaria de guerra que solo llamaba a la puerta cuando estaba en apuros. Dentro de la conquista por los derechos de las personas negras empezaba a coger fuerza un pensamiento anti capitalista, anti bélico y con una matriz definida: afro unidad, pensamiento crítico, lucha anti sistema y más adelante Afro feminismo. En las décadas siguientes, miles de afro estadounidenses fueron asesinados por decidir no pasar más agravios a quien siempre decidió poner la rodilla en el cuello. 

El poder de siempre empezaba a elogiar a los negros a los que había maltratado y segregado, pues con esa postura dejaba fuera de juego la radicalidad del resto de personas negras que solo querían poder votar en libertad, no ser asesinados por las fuerzas del orden, poder viajar sin ser perseguidos y colgados de un árbol o poder enamorarse de una persona blanca en libertad. Recordemos que no fue hasta 1967 que esto último no sucedió ...

En 2007 los “Red Tails” supervivientes recibieron por parte del 33º presidente de EE.UU la medalla de oro del congreso. Curiosamente para la parte más patriota, más conservadora del país ahora son unos héroes. Aunque esa consideración heroica viene dada sin reconocer algo fundamental: Los derechos no se regalan, los derechos se conquistan. Estos hombres tuvieron que ser extremadamente brillantes para que al final de sus vidas, la misma posición ideológica que les puso la rodilla en el cuello les llamase héroes ...

Quizás mirar es ir más allá cuando no ves al distinto como distante, Quizás abrazar al diferente es mirarte en el espejo del tiempo y reconocer las grietas que conformaban tu orgullo. Quizás perdonarte es aprender a mirar
— Bronny
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