Me preguntan qué clase de trauma tengo con ''la izquierda blanca''...

Fuente Ichi Pro

Por Imelda Mbula

Me preguntan qué clase de trauma tengo con ''la izquierda blanca'' o por qué simplemente no digo la ''izquierda''. Dejo aquí los siguientes puntos ya que siempre se me exige una estrategia dialéctica y educación antirracista que no debo a nadie:

 Llega un momento en el que necesitamos darnos cuenta de que el objetivo de sacar el máximo beneficio a nivel económico pierde poder al explicar la antinegritud. Los marxistas ortodoxos continuamente argumentan pseudo intelectualmente cómo apoderarse de los medios de producción es la panacea de una civilización basada en el racismo. Con este argumento se podría pensar que la violencia hacia las personas negras es siempre o casi siempre motivada por un ansía de poder económico. La violencia contra las personas negras es la mayoría de las veces contraproducente desde una perspectiva de capital. Por ejemplo, David Eltis (1999) discute que podría haber sido económicamente más eficiente para los europeos esclavizar a otros europeos, ya que las excursiones hacia y desde África tenían unos costes muy altos. Así que obviamente la esclavitud no se ha basado en sacar el maximo beneficio, usando los medios menos costosos posibles, sino que ha sido mediante otras variantes que operan bajo el paraguas de la antinegritud: Variantes que solo pueden ser descritas como simbólicas y ontológicas.

 De forma más sencilla: La blanquitud es la posición que señala una clase de gente que es demasiado preciada para esclavizar. La negritud es la posición que marca una clase de ‘’gente’’ que merece ser esclavizada. La antinegritud es la que organiza el sentido humano del ser.  Pensemos sólo en cómo la frase ‘’Las vidas negras importan’’ dio lugar a otras frases con la misma estructura ‘’Todas las vidas importan’’, ‘’Blue Lives Matter’’ (en referencia a la policía en los Estados Unidos), etc. Estas afirmaciones parasitarias se hacen legibles porque niegan las reivindicaciones de las vidas negras. Por lo tanto, una sociedad sin clases no es lo mismo que una sin razas. Hacer alteraciones en las políticas económicas del capitalismo sin reorganizar la economía simbólica de la humanidad que está cicatrizada por la raza, no es ninguna revolución. Es, sin embargo, una garantía de que la antinegritud seguirá existiendo bajo el comunismo.

 Incluso si fuéramos generoses y decidiéramos darle algo de cancha a Eric Williams (“(Capitalism And Slavery”, 1944), C.L.R y otros estudiosos destacados que defienden que la explotación de la clase dio lugar al racismo, su conclusión seguiría siendo falsa. Me opongo a la falacia genética inherente a su línea de razonamiento. Es ilógico sacar una conclusión basada únicamente en el origen del fenómeno en cuestión, en contraposición a su significado actual. Afirmar que el racismo tiene un origen de clase, no aborda el hecho de que se desprendió de su supuesta base. El racismo no puede ser reducido a un reflejo del capital. Es una estructura independiente con consecuencias materiales. La tendencia a describir la antinegritud como algo simplemente ‘’ideológico’’ o ‘’individual’’ (i.e -es decir- prejuicios, intolerancia…), demuestra que seguimos sin afrontar el racismo como un problema estructural. Los muertos del Tarajal son una realidad material. El cuerpo sin vida por dos disparos mientras cenaba a Lucrecía Perez son una realidad material, el cuerpo acribillado a balas de Breonna Taylor mientras dormía es una realidad material. El constante visionado de cuerpos negros siendo mutilados, asesinados, vejados de dignidad, forman una realidad material.

 Muchos marxistas siguen teorizando en la tradición una posición asexuada y sin razas. Los términos ‘’clase trabajadora’’ y ‘’trabajo’’ son siempre presentados como inherentemente objetivos -como si estos fueran mágicamente libres de prejuicios raciales o sexuales-. 

Fuente: Allianceon.org

En un análisis más profundo, esta perspectiva es expuesta como una problemática continuación de la opresión. Es importante entender los mecanismos de las estructuras de poder que buscamos destruir. La idea de raza - y por extensión, el proceso de racialización - fue creado por europeos para etiquetar a aquellos que consideraban ‘’otros’’ - para nombrar a nativos americanos y africanos que entraron en ‘’contacto’’ con ellos. Esto hace que la blanquitud se establezca como la base y norma de la humanidad mientras simultáneamente la vuelve invisible. 

De acuerdo con el principio de objetividad de la Ilustración, la blanquitud es la identidad que se niega a sí misma como identidad, lo que significa que las identidades raciales se atribuyen a todos menos a los blancos. Esto es lo que no entienden los que critican las "identity politics" o políticas de identidad. La blanquitud es una posición profundamente sesgada que se hace pasar por un hecho universal en beneficio de todes. Así que cuando habláis de la "clase obrera" y del "trabajo" como algo objetivo, en realidad estáis diciendo que la población mundial necesita unirse en torno a la blanquitud y la masculinidad.

 Dicho esto, la clase trabajadora es una identidad. La clase trabajadora no flota a la deriva del lenguaje. El significado o la realidad social es la creación de seres racializados y sexualizados. El mundo es, y ha sido dominado por hombres blancos. Subordinar el racismo y el heteropatriarcado como meros efectos secundarios de la explotación de clase, asegura que la revolución será liderada por hombres blancos y creará un nuevo mundo para hombres blancos.

La gente que teoriza en esta línea, todavía no ha hecho un inventario de la demografía racial y sexual de sus académicos y activistas favoritos. Marx, Engels y Lenin: La santa Trinidad de los marxistas. Todos hombres europeos. Ninguno de estos individuos sufrió opresión racial o sexual, y muchos de sus escritos así lo reflejan. La explotación era su único eje de sufrimiento, por lo que es fácil para ellos concluir que la economía política es el motor de la sociedad. No estoy diciendo que el análisis marxista se aplique sólo al contexto Europeo,  más bien trata de decir que un marxismo ortodoxo o el reduccionismo de clase carece de poder explicatorio para enfrentarse a la antinegritud.

Alguna persona de la izquierda blanca más sofisticada buscará defenderse de acusaciones de racismo citando a alguien negro en el tema del capital. Una cita que suelo escuchar mucho es la siguiente de Malcolm X: ‘’No puedes tener capitalismo sin racismo’’. El archivo de regímenes opresivos de los últimos cuatro siglos es testigo de este hecho. Lo que dijo Malcom X era importante, pero también tenemos que meditar sobre lo que no dijo. Diciendo que no podemos tener capitalismo sin racismo se está señalando solo un lado de la ecuación, nombrando que la clase que tiene el poder se sostiene con el racismo. Nada en la declaración de Malcolm X indica que el racismo requiera capitalismo. De hecho, el racismo es anterior al capitalismo en al menos 150 años. Podemos ahora volver a utilizar la frase de Malcolm X con un complemento amistoso: ‘’No hay capitalismo sin racismo pero SÍ puede haber racismo sin capitalismo’’.

 Entender y desmantelar la antinegritud requiere un cambio paradigmático. Los conceptos de alienación y clase son insuficientes para enfrentarse al universo colonial. En ‘’Los condenados de la tierra’’ de Fanon, hay también una crítica y redefinición de la perspectiva ortodoxa marxista, dice:

 "Cuando se examina de cerca el contexto colonial, es evidente que lo que parcela el mundo es, para empezar, el hecho de pertenecer o no a una raza determinada, a una especie determinada. En las colonias, la subestructura económica es también una superestructura. La causa es la consecuencia: se es rico porque se es blanco, se es blanco porque se es rico. Por eso, el análisis marxista debe ser siempre ligeramente estirado cada vez que tengamos que hablar del problema colonial. Todo, hasta la sociedad precapitalista, tan bien explicada por Marx, debe ser aquí pensado de nuevo". (p. 40)

 El racismo no es solo una consecuencia de una nefasta élite gobernante que juega al ''divide y vencerás’’ para extraer medios de producción y beneficios de tierras extranjeras. También es el factor decisivo en contextos coloniales. Fanon modifica el clásico cálculo causa-base/superestructura-efectos secundarios, para abordar las particularidades de la antinegritud y el racismo en las colonias. Como resultado tenemos que olvidar el intento de reducirlo todo a un problema de lucha de recursos colapsando todas nuestras problemáticas en un problema de clase.