"A los y las jóvenes afrodescendientes tanto de mi país como de la diáspora africana les recomiendo que se organicen"

 

Miguel Pereira, Directivo de Organizaciones Mundo Afro, miembro de la Alianza Regional de Afrodescendientes de las Américas y el Caribe (ARAAC)

 
 

PorJohn Jack Becerra

¿Quién es Miguel Pereira? 

Soy activista, militante por los derechos de las personas y comunidades afrodescendientes de Uruguay y América Latina desde los 15 años de edad. También soy Directivo de Organizaciones Mundo Afro, miembro de la Alianza Regional de Afrodescendientes de las Américas y el Caribe (ARAAC) e integrante del GT de Crisis Civilizatoria, reconfiguraciones del racismo, movimientos sociales afrolatinoamericanos de CLACSO. En la gestión de gobierno de 2015 - 2020 fui Director del Departamento de Afrodescendencia del Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay.

Hermano Miguel Pereira, cuando se habla de afrodescendientes en América Latina, casi siempre se hace referencia a Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, el Caribe, pero muy poco se habla de los Afrouruguayos y Afroargentinos ¿a qué crees que obedece ese desconocimiento? Incluso cómo se borró de la historia de Argentina, Chile y Uruguay el aporte de los esclavos afrodescendientes?  

Generalmente se habla de los países donde hay mayor concentración de población afrodescendiente cuantitativamente hablando, donde además los elementos culturales como la religión, las expresiones artístico musicales entre otros elementos centrales, hacen que las manifestaciones culturales de los pueblos afrodescendientes sean muy visibles.

Sin embargo, en el caso de Uruguay, esto cambió significativamente en el proceso de construcción hacia la III Conferencia Mundial contra el Racismo que se realizó en Durban - Sudáfrica; pues Uruguay, a través de Organizaciones Mundo Afro jugó un rol y un papel fundamental en el concierto internacional. La organización asumió la Secretaría General de lo que fue en su momento la Alianza Regional de Organizaciones Afrodescendientes de las Américas, la cual integraron organizaciones y movimientos sociales de las Américas, el Caribe y los Estados Unidos en el marco de un proyecto político común que buscaba incidir en todo el proceso que significó Durban. 

Esta responsabilidad política posicionó a la población afrouruguaya en el escenario internacional, siendo reconocida la labor de Mundo Afro por las propias organizaciones integrantes y por el sistema de Naciones Unidas, específicamente la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de ese momento, la Dra.  Mary Robinson (ex presidenta de la República de Irlanda).

Hago este breve relato porque la situación de visibilidad y reconocimiento de las personas afrodescendientes en países estructural e institucionalmente racistas desde la creación de los estados nación como Chile, Argentina, Uruguay y Bolivia, ha cambiado.

La Activista Afrofeminista y antirracista Angela Davis en su visita en 2019 a Uruguay manifestó: “Uruguay es un faro en materia de lucha contra el racismo y la promoción de la equidad racial en materia de política pública y desarrollo”. Esa afirmación es parte del reconocimiento del avance y los logros que hemos conquistado a partir de la lucha contra el racismo y todas las formas de opresión realizada desde organizaciones, como el caso de Mundo Afro, incidiendo políticamente en los distintos organismos del Estado y asumiendo responsabilidades como militantes y activistas afrodescendientes dentro de ellos.

De la población uruguaya, ¿Qué porcentaje representan  los afrouruguayos?

Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población total es de aproximadamente 3 millones 500 mil habitantes. Particularmente la población afrodescendiente según los últimos datos del censo nacional (2011) realizado por INE, asciende al 8%. Aproximadamente estamos hablando de 300 mil personas que se auto identifican como negras y/o afrodescendientes.

A nivel sociodemográfico queda demostrado que la población afrodescendiente en Uruguay, reside en las periferias de los distintos departamentos, coincidiendo el mapa socio racial con el mapa de pobreza y vulnerabilidad, habiendo muchas personas afrodescendientes que viven en los departamentos y territorios fronterizos con Brasil.

 En el marco de la exclusión racial institucional, la población afrodescendiente es víctima de racismo estructural en toda América. Se ha visibilizado mucho el racismo anti-negro en Estados Unidos y poco se habla del racismo hispánico u “latino”. Desde la Organización Mundo Afro de Uruguay y Alianza Estratégica de Afrodescendientes de las Américas y el Caribe ARAAC ¿Qué se está haciendo concretamente frente al racismo?   

Desde la Alianza Estratégica de Afrodescendientes de las Américas y el Caribe, como lo expresé en párrafos anteriores, se logró incidir en la gesta más importante del siglo XX en materia de combate al racismo, reconocimiento y visibilidad de los pueblos afrodescendientes en las Américas. Esto fue Durban, y así se expresa lo aprobado por la comunidad internacional menos Estados Unidos e Israel, reconociendo al proceso de esclavización como un crimen de lesa humanidad perpetrado por los Estados y las potencias que se enriquecieron por propiciar y participar activamente en el proceso esclavista.

ARAAC, como un instrumento de articulación post Durban, es una herramienta que busca generar incidencia en el interior de los países con una perspectiva progresista, de transformaciones y cambios a nivel social y estructural. El desafío de este tipo de estructuras consiste en comprender el nuevo escenario geopolítico a nivel mundial y regional, donde cada vez más nos encontramos viviendo en un mundo multipolar, cuyas contradicciones sociales, políticas y económicas se manifiestan al interior de nuestros países. Por tanto el éxito en esta nueva etapa se dará si somos capaces de comprender y por tanto incluir otras luchas como las de género, orientación sexual e identidad de género, pueblos indígenas, personas migrantes, entre otros sectores contrahegemónicos y que al igual que los pueblos afrodescendientes han sido históricamente excluidos y estigmatizados.

No alcanza con incorporar estas miradas en el discurso, pues hay que tener una actitud política activa, generando espacios en los ámbitos de decisión y conducción política, promoviendo espacios amplios de articulación y sinergia que posibiliten la construcción de articulaciones regionales y nacionales antirracistas, antipatriarcales y anticlasistas. Las viejas recetas de más de lo mismo, de congregarse en función de intereses particulares están condenadas al absoluto fracaso.

El racismo anti-negro nos sigue atravesando y afectando enormemente en América latina, con un agravante que continúa impune ¿Qué debemos hacer para que el racismo se mitigue y se elimine?   

El racismo es estructural, y esto significa que se encuentra en todos los estamentos de las sociedades. El racismo muta y se transforma, es como un virus que produce consecuencias absolutamente negativas en el desarrollo psicosocial de las personas. Se naturaliza, forma parte del entramado social, de la cultura de un país y sociedad.

El racismo institucional es aún más preocupante. Porque se entiende que los Estados deben proteger y garantizar el cumplimiento efectivo de todos los derechos humanos. Es cierto que según la ideología política que predomine, el estado siempre está más presente o ausente en los problemas sociales, culturales, económicos y sociales de los pueblos.

El racismo institucional por acción o por omisión se debe combatir de forma más enérgica, porque modificando los organismos del Estado, se podrá avanzar en el diseño, implementación y evaluación de la política pública con presupuesto. Por tanto, se debe incidir en las macro discusiones de la economía, de la revolución del trabajo y las tecnologías. Es importante incorporar la perspectiva étnico - racial en los debates sobre los medios de producción, las multinacionales y por lo tanto quiénes ostentan el poder en nuestras sociedades.

Como corolario importante de estos avances, se ha reducido sensiblemente la pobreza en la población afrouruguaya según los datos oficiales del INE - mientras en el 2006 la pobreza en la población afro era de más de un 50%. En el 2019 pasó a un 17% -se redujo en 38% porcentuales- y a nivel simbólico, la población en general reconoce cada vez más la existencia de racismo y discriminación hacia la población afrodescendiente.

El principal problema al que nos hemos enfrentado es la negación del racismo estructural  e institucional, pues Uruguay se ha presentado siempre como un país igualitario, donde todos y todas somo iguales ante la ley, aspecto que no evidenciaba el racismo y la discriminación que vivíamos las personas afrodescendientes en los ámbitos públicos, en la educación, en el trabajo, etc.

La pobreza y la indigencia estructural de la población afrodescendiente, así como la exclusión y estigmatización, continúan siendo problemas graves a atender y profundizar en la búsqueda de soluciones de la población afrodescendiente. La brecha racial entre las personas afrodescendientes y blancas sigue siendo muy elevada en Uruguay, por tanto es absolutamente imperioso transitar por la profundización del proceso de implementación de política pública ya iniciado.

 
Referirnos al tema del rol de las mujeres afrodescendientes en la región, implica tener una mirada crítica de cómo el patriarcado  ha incidido en nuestros propios movimientos y en nosotros mismos como varones afrodescendientes
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Las mujeres afrodescendientes no solo son las más excluidas en la región sino que también sufren las consecuencias de la violencia sexual y doméstica. Muchas de ellas se han preparado, y pese a que ha habido mujeres blancas mestizas presidentas o vicepresidentas, la mujer negra continúa excluida, viviendo una doble discriminación. ¿Cómo podemos encontrar soluciones a ese problema y reconocer el trascendental papel de las mujeres afrodescendientes?

Como lo ha manifestado la activista afrofeminista de los Estados Unidos Angela Davis, para abordar el tema de las mujeres afrodescendientes, es importante tener una mirada interseccional, con la que  se puedan articular los temas de género, raza y clase. 

Por tanto, referirnos al tema del rol o el papel de las mujeres afrodescendientes en la región implica tener una mirada crítica de cómo el patriarcado  ha incidido en nuestros propios movimientos y en nosotros mismos como varones afrodescendientes. Esta negación sistemática fue contrarrestada con evidencia, con un trabajo serio, sostenido y profesional de Organizaciones Mundo Afro, no solamente denunciando las situaciones a nivel nacional o en los órganos de Naciones Unidas, sino también realizando propuestas de superación de este flagelo.

Sin lugar a dudas, la sociedad uruguaya fue cambiando. Estos temas fueron adquiriendo más importancia, tanto a nivel social como político, y esto fue dejando en evidencia la ausencia de política pública en materia de educación, empleo, salud, vivienda, entre otros derechos sistemáticamente vulnerados en las personas afrodescendientes.

¿Qué políticas públicas se han logrado en Uruguay, a favor de los afrodescendientes? ¿Cuáles han sido los principales problemas que han aquejado a los afros en Uruguay?  

En Uruguay se ha avanzado mucho en lo que se refiere a política pública y queda mucho por hacer aún. Se ha creado normativa antidiscriminatoria, se han creado organismos de equidad racial con el objetivo de atender los temas de desarrollo y diseño de política pública y acción afirmativa para las personas afrodescendientes.  Se han transversalizado programas sociales con la perspectiva étnico - racial para generar mayor bienestar social en la población afrouruguaya.

No habrá avances sustantivos reales si no se combate simultáneamente al racismo y al patriarcado en nuestras sociedades, y obviamente esto implica una profunda deconstrucción de nosotros mismos

En la actualidad en Uruguay, ¿Qué trabajo se adelanta para conservar el legado de los afrodescendientes? 

En Uruguay se está haciendo el esfuerzo de sostener lo que se ha logrado en términos de construcción de política pública. Para ello, la sociedad civil seguirá jugando un papel fundamental como vigilante y monitorizador de los logros y avances construidos.

Desde Organizaciones Mundo Afro estamos trabajando conjuntamente con la Universidad de la República en la construcción de un Observatorio sobre Racismo y Xenofobia, cuyo objetivos son sensibilizar sobre el racismo, la xenofobia y otras formas de discriminación, generando iniciativas que aporten a su erradicación. También el aporte a la estructuración de un repositorio de información y consulta sobre las estrategias nacionales, regionales e internacionales desplegadas para el combate al racismo y toda forma de discriminación. Se busca promover espacios de encuentro, formación, debate y propuesta favoreciendo la interacción con los más diversos actores sociales, favoreciendo el desarrollo de estudios e investigaciones sobre la temática. Así mismo se busca fortalecer las iniciativas y buenas prácticas entre los gobiernos locales, gobiernos regionales y nacionales, y organizaciones de la sociedad civil, para así promover en todas las líneas de trabajo una mirada e iniciativas que consideren particularmente a las zonas de frontera Uruguay - Brasil, como un espacio privilegiado para el desarrollo del observatorio y sus acciones.

En esta etapa histórica será importante contar con una herramienta como el observatorio que permita tener una mirada crítica sobre los avances y retrocesos que se puedan registrar en materia de política pública y acciones afirmativas dirigidas a los y las afrodescendientes a nivel nacional e internacional.

¿Qué consejo le darías a los jóvenes Negros en Uruguay, y a toda la diáspora africana? 

Podría recomendar a los y las jóvenes afrodescendientes tanto de mi país como de la diáspora africana que se organicen.

Es importante generar organización, encontrarse para hacer promover y garantizar sus derechos. Los logros y avances en la materia han costado muchas muertes, activistas y militantes que han dejado su vida por combatir el racismo y generar mejores condiciones de vida para los pueblos afros.

Por ello sugiero, promover siempre los procesos organizados. Otro aspecto es el empoderamiento de los y las jóvenes afrodescendientes, para exigir lo ya conquistado, pero para ello es importante asumir los logros y los avances como propios. Hoy en la era de la post verdad, asistimos a diferentes situaciones donde se piensa que todo comenzó cuando uno o una inició su militancia, y eso es absolutamente falso. Pues es importante reconocer a los líderes y lideresas, así como a las organizaciones negras que nos antecedieron para continuar con la lucha. Reitero, hubieron muchos y muchas militantes y activistas que dejaron la vida por construir sociedades más justas, equitativas y libres de racismo en todos nuestros países.