Día de la Afrocolombianidad

Por: José Curiel

Contexto

En 1819 el ejército republicano de Simón Bolívar consiguió la emancipación del Virreinato de la Nueva Granada. Tras apoderarse de este territorio —entonces conformado por Ecuador, Venezuela, Panamá y Colombia y bautizado la Gran Colombia en honor a Cristóbal Colón— la segunda y definitiva gesta independentista criolla declaró su liberación del Imperio Español y su soberanía nacional.

Este es un breve resumen de la historia clásica y tradicional de nuestra independencia: se resalta el heroísmo criollo, la ilustración europea y la dirección política estadounidense como columnas de la liberación nacional, omitiendo, entre cientos de cosas, el papel desempeñado por Haití (independiente desde 1804) en la campaña de Simón Bolívar para adquirir la autonomía política. 

Haití fue fundamental: paradigma en las independencias latinoamericanas y asilo político para reconocidas figuras criollas que participaron en alzamientos (entre ellas Simón Bolívar, quien se resguardó allí tras la Reconquista por parte del Imperio Español). Siendo Haití el único territorio libre y soberano a la fecha, alojó, protegió y apoyó a próceres independentistas del continente.

En 1816 Bolívar fue recibido por Alexandre Pétion en Haití. Pétion le brindó asesoramiento político-militar, lo dotó con armas, municiones, víveres, dinero, embarcaciones, una imprenta y hombres para llevar a término su campaña. En dos ocasiones. Bolívar fracasó en su primer intento, retornó a Haití para reabastecerse y emprender nuevamente su lucha. En este segundo intento consiguió su objetivo. A cambio del apoyo, Alexandre Pétion le había solicitado «la liberación de las personas esclavizadas y la abolición del régimen esclavista en todos los territorios que liberase». (Uribe, 2019). 

Sin embargo, al triunfar e instalarse en Santa Fe…


‘(Se convocó a) Bolívar y demás dirigentes republicanos a reformular el programa independentista criollo; el cual no incluía, hasta el momento, un cuestionamiento del sistema esclavista, en tanto que eran beneficiarios directos del mismo y la institución formaba parte fundamental del sistema económico en que se desenvolvían’. (Vergara, 2011). 


Así las cosas, no fue sino hasta el 21 de mayo de 1852 —a treintaitrés (33) años del triunfo de Bolívar y a veintidós (22) de su muerte— que, en el gobierno de José Hilario López, el Congreso de la República aprobó la abolición del régimen esclavista, otorgando a escala estatal la libertad a personas esclavizadas a raíz de las prácticas económicas de la Trata Transatlántica. A partir de las discusiones que se llevaban a cabo sobre si conceder a lxs personas esclavizadas su liberación antes de que la asieran por sus propios medios, Presidencia y Congreso pasaron esta ley conminados por las movilizaciones sociales, así como por la agitación política y de opinión pública. 

Por todo esto en Colombia cada 21 de mayo, desde el año 2001, se conmemora la fecha de la abolición de la esclavitud bajo el Día Nacional de la Afrocolombianidad. Además, desde el 2011, se reconoce el mes de mayo como el mes de la herencia africana en Colombia. 

Es el aniversario de nuestro nacimiento. El de las personas esclavizadas durante siglos, bajo un sistema político que así lo dispuso con fundamentos racistas y que les asesinó, persiguió, reprimió y suprimió de la historia oficial, tanto en cautelosa inclinación como en osada procura de la libertad, en resistencia colectiva. Un sistema político que omitió de recuentos históricos las sublevaciones negras en contra de la Corona, hechos esenciales para que se diese  la Independencia. A esta población, medida con el rasero de la esclavitud, el Congreso, desde aquel 21 de mayo, le modificó sus condiciones de ser frente a  la institucionalidad. De haber sido esclavxs, libertxs, cimarronxs, oficialistas o independentistas, pasaron a ser población nacional: gente, ciudadanxs y campesinxs, empobrecidxs, clase baja, deambulantes... el 21 de mayo de 1852 fue el día en que a lxs negrxs se nos reconoció una colombianidad ineficaz, incompleta, sin respeto ni reparación. Se nos reconoció la nacionalidad para evitar un levantamiento que desestabilizara (de nuevo) la reciente soberanía, fue un aliciente.

Así nacimos, fuimos y somos afrocolombianxs.

Día de la afrocolombianidad

En días así me invaden cuestionamientos, dudas, certezas, incertidumbres y demás tribulaciones y resoluciones que no me apresuro por resolver.  

¿Cómo abarcamos nuestra historia?, ¿Qué es nuestra historia? 

En el ‘Contexto’ escribí sobre Haití porque es un país que no puede obviarse. Y tengo más por escribir. 

La Revolución de Independencia haitiana nos brindó, a través de Bolívar, la oportunidad de que la independencia colombiana fuese un festejo negro entrelazado, pudimos celebrar que Haití  respaldara nuestras luchas internas por una liberación eficaz e integra, abogando por la emancipación de las personas en condición de esclavitud en este territorio, quienes venían luchando de modo similar por un reconocimiento propio y soberano de su humanidad. 

¿Por qué no fue así? Además de que a la oligarquía criolla no le convenía soltar su mano de obra esclavizada, ¿por qué no permitieron que en la abolición de la esclavitud se reconociera el auspicio de Haití? ¿Era arriesgado? ¿Sólo los blanco-criollos (y el precedente estadounidense) podían permitirse, enarbolar y atribuirse esa noble obra?  ¿Temían  por otra Haití en la Gran Colombia?

Es sabido que casi todas las Independencias fueron un cambio de administración; del europeo al blanco-criollo, pero ésta, la nuestra, no sólo es una mentira ya que no liberaron a todxs lxs colombianxs, sino que es un quebranto de la palabra porque incumplió su obligación de consolidar una independencia real. Simón Bolívar faltó en lo pactado. Los símbolos patrios de acá tienen una vergonzosa deuda con Alexandre Pétion y con las luchas de los pueblos negros no andinos.  

Estatua de Simón Bolívar y graffiti que representa la Minga indígena colombiana.

La República de Haití pertenece a nuestra historia, ha sido suprimida pero es imprescindible que la incorporemos, más aún, reconociendo que mantenerla en el olvido resulta conveniente para un relato patriota que se ufana de sus próceres blancos e ilustrados.  


Esto con respecto a la Historia Nacional, ahora, desde las historias singulares brotan más preguntas:  

¿Qué es este día? ¿Qué significa ser afrocolombianx? ¿Negrxs, mestizxs, afromestizxs en Colombia? 

¿Quién puede contar nuestras historia y por qué?
— .

 Todos los días son nuestros, eso sí, todos los días son para nosotrxs de afrocolombianidad.

 Somos conscientes que nuestra historia no se reduce a una festividad, pero nos sobran ganas para celebrarnos y conmemorar nuestro pasado, así sea a través de fechas obsequiadas. Nos celebramos sin olvidar los orígenes de la conmemoración: dispuesta por el Congreso de la República, institución que abolió —porque estaba en su poder hacerlo— el régimen esclavista; y que, 149 años después, decretó la celebración del hecho, se dio palmaditas en la espalda: el Congreso se celebró a sí mismo su liberación de lxs esclavizadxs.

Con esta certeza en el pecho, nos reconocemos en este país, y, en fechas como la de hoy, no ‘solamente somos’ sino que celebramos ser y lo asumimos con responsabilidad. Cuestionarnos, clarificarnos, confrontarnos y transitar en comunidad es necesario para colectivizar nuestras historias, compartidas desde la singularidad.  

Entonces, ¿Quién puede contar nuestras historias? Sé que yo puedo contar la mía.


Ser afrocolombiano para mí

 Me estimo afromestizo.

Crecí, como varixs coterranxs, con familia blanca o blanqueada y con amistades, en su mayoría, blanco-mestizas. Personas cercanas, queridas, parte de mí. Nunca pertenecí a una comunidad negra, los censos y sectores poblacionales del país no me consideran afro, sin embargo, toda mi vida me han remarcado la negritud en el espectro de lo posible. 

Normalicé violencias y agresiones de mis allegadxs, blancxs o no, ellxs me han agredido y silenciado pero también me han apoyado, acompañado y reconfortado. Son racistas, los confronto y me escuchan.

Son mi historia. 

Me estimo afromestizo porque mi conciencia racial se cimienta desde el mestizaje. 

No nací en el Caribe. 

No nací en el Pacífico. 

Tengo un acento que desencaja.

Tengo un acento que genera cortocircuito

Pude nacer blanco-mestizo al igual que negro.

Nací negro.

Soy de Bucaramanga. 

Defiendo ser de dónde soy. 

Porque se me niega.

Me mantengo acá. 

Para no ser complaciente con esta ciudad. 

Para contradecirla.


La habitual representación de la afrocolombianidad no me representa, e incluso me niega. Las representaciones de lxs negrxs ignoran que no somos diversos, somos diversidad. Por eso el imaginario colectivo nos limita,  nos reduce a arquetipos del mismo modo que nos destina un día, que nos asigna regiones, países, zonas, acentos, bailes, músicas, gastronomía como avales de negritud, ¿Qué pasa?, ¿a qué obedece esto?, si somos humanxs y tales criterios, impuestos como paradigmas, en realidad son decisiones que podemos tomar o rechazar según nos plazca. Yo decido qué tomo o rechazo para mi vida según me sienta complacido, y mi negritud no me obliga en nada.  

Como persona negra valoro la reunión entre nosotrxs; los grupos afro a los que pertenezco han sido un apoyo significativo para mí, pero, entre nosotrxs debemos problematizar ese escencialismo de lo negro que es herencia colonial. Soy negro pero la negritud se me ha negado toda una vida, entonces, contra los dictámenes vetustos, me apropio y defiendo mi historia negra en contra de quienes me la refutan.     

Este, en resumen, es mi relato de afrocolombiano. 

 Somos negrxs,

afros,

curtidxs

y la afrocolombianidad la celebramos

expropiándoles el término para usarlo a nuestra medida y gusto.

Fuentes consultadas: 

-Anón. 2021. «Celebremos el Día de la Afrocolombianidad». Disponible en: https://www.colombia.co/pais-colombia/historia/dia-de-la-afrocolombianidad-una-fecha-muy-especial-en-colombia/ (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Archivo General de la Nación. 2020. «Testimonios documentales. La esclavitud en Colombia: Yugo y Libertad». Disponible en: https://www.archivogeneral.gov.co/exposicion_esclavitud_colombia#:~:text=Todo%20este%20proceso%20desencadena%20finalmente,el%20territorio%20de%20la%20Rep%C3%BAblica (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Convenio Andrés Bello. 2021. «Día de la Independencia de la República de Colombia». Disponible en: https://convenioandresbello.org/cab/dia-de-la-independencia-de-la-republica-de-colombia/ (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal. 2019. «Nuestra riqueza Afro se celebra en mayo, Mes de la Herencia Africana». Disponible en: https://www.participacionbogota.gov.co/nuestra-riqueza-afro-se-celebra-en-mayo-mes-de-la-herencia-africana (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Lasso, Marixa. 2008. «El día de la independencia: una revisión necesaria». Nuevo Mundo, Mundos Nuevos. Disponible en:  https://journals.openedition.org/nuevomundo/32872?lang=en (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Pino Iturrieta, Elías. 2019. «Bolívar no abolió la esclavitud». Prodavinci. Disponible en: https://prodavinci.com/bolivar-no-abolio-la-esclavitud/ (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Tovar Pinzón, Hermes. s. f. «La manumisión de esclavos en Colombia, 1809- 1851, Aspectos sociales, económicos y políticos». Red Cultural del Banco de la República. Disponible en: https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-59/la-manumision-de-esclavos-en-colombia-1809-1851 (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Uribe, Diana. 2019. «Haití, pieza clave en la Independencia de Colombia». Radio Nacional de Colombia. Disponible en: https://www.radionacional.co/podcast/las-historias-de-diana-uribe/haiti-pieza-clave-en-la-independencia-de-colombia (Recuperado el 20 de mayo de 2022)

-Vergara, Ana. 2011. «Las armas a cambio de la libertad: Los esclavos en la guerra de independencia de Venezuela (1812-1835)». Relaciones. Estudios de historia y sociedad 32(127):47-85.