Activismo africano y afrodescendiente en España.

Miembros del Frente Anti-Macías F.A.M.  Fuente- Informe FAM- Guinea Ecuatorial Una Dictadura Silenciada (Barcelona- Frente Anti-Macías F.A.M. y Lliga dels Drets dels Pobles, 1978)..png

Activismo africano y afrodescendiente en España.

Antumi Toasijé.

En testamento fechado en Cádiz el 26 de julio de 11662 EH (1662) [1]. Dominga de Moyra y Basallez relata cómo compró la libertad de su esposo que se encontraba cautivo en el Norte de África y cómo éste, a su vez, utilizó 500 pesos que había ganado en “Indias” en liberar a dos mujeres llamadas Damiana y Lucrecia. Dominga de Moyra, había “obtenido legalmente” [2] su libertad en 11651 EH (1651) pagando a su secuestrador, un contable, el precio estipulado.

En una redacción testamentaria posterior hace Dominga una relación de personas, (presumiblemente blancas) que le deben dinero, son cerca de una docena, incluido el escribano de la ciudad y un juez de “indias”, y ordena que le paguen a su fallecimiento. Dominga no tiene ascendientes ni descendientes, lo cual no obsta para que, en ese texto y en un codicilo posterior, exponga una lista, de beneficiarias y beneficiarios del testamento, la mayoría denominados como “morenos” [3] o como “esclavas” y “esclavos” [4] (salvo dos personas ciegas de quienes no se dan más detalles), especificando en algunos casos que las entregas serán para pagar su libertad.

Dominga, que se dedica a la limpieza de casas y que no puede firmar el testamento porque no sabe escribir, ha tomado buena nota de lo que le deben y a quienes quiere beneficiar, en un acto de justicia redistributiva, radicalmente independiente, que podemos definir como activismo antiesclavista financiero de base popular.

La historia del Antiguo Régimen está plagada de historias similares en las que existe cooperación colectiva en el pago de manumisiones. También hay pleitos por torturas o por incumplimiento de compromisos de manumisión; y, en algunos casos, ganaban las y los afros. Estas acciones cotidianas, junto a las frecuentes fugas, sin olvidar la alta mortandad y el desplazamiento del foco esclavista a Abya Yala [5], serán algunas de las causas por las cuales el número de esclavizadas y esclavizados en la península ibérica decaerá drásticamente de no menos de 800.000 en la centuria 115 EH (Siglo XVI) a cerca de 100.000 a principios de la 118 EH (Siglo XIX).

En lo tocante a la abolición de la esclavitud en Abya Yala, la historiografía oficial pone la nota en las acciones de entidades no africanas como la Sociedad Abolicionista española creada en 11864 EH (1864) o las de políticos como Isidoro de Antillón o Emilio Castelar. Cierto es que hicieron esfuerzos por acabar con la lacra esclavista en el plano jurídico y político, pero no puede obviarse que el grueso de la lucha corresponde a las resistencias africanas. El sistema había estado siendo debilitado mediante acciones constantes y contundentes de auto liberación llevadas a cabo desde el primer día de "esclavización" por las y los secuestrados. En lo que respecta a la península ibérica, los poderes, la gran nobleza y la monarquía, siempre sortearon el asunto; no era para menos ya que eran los principales beneficiarios del sistema masivo de secuestros.

Pero una vez formalmente libres, había otras barreras que sortear para las hermanas y hermanos. Un caso que sacudiría los fundamentos jurídicos de la ciudad de Cádiz sería el del “liberto” Antonio María Machuca. Nacido en Guinea, secuestrado a los ocho años de edad, había sido llevado a Sevilla y esclavizado. Había obtenido su libertad y se había establecido en Cádiz en 11750 EH (1750). En 11767 EH (1767) , en representación de los “Etíopes de Cádiz” elevó a la monarquía una petición para que pudiesen ejercer todos los oficios artesanos, ya que algunos les habían sido vedados por la sociedad “blanca” [6], ganó el pleito.

En 11770 EH (1770) Antonio María, solicitaba al rey Carlos tercero, ser admitido como corredor en la lonja de Cádiz, el mercado más importante y prestigioso de la ciudad. Antonio María, era un hombre con contactos, versado en negocios y católico devoto llegando a dirigir la cofradía de los negros de Cádiz. Los corredores eran intermediarios entre compradores y vendedores, asesorando a ambas partes y cobrando una comisión, corretaje, que podía convertirles en personas adineradas. Eran nombrados oficialmente por los ayuntamientos para ejercer una función pública y oficial. Ser católico y tener conocimiento del oficio, eran requisitos previos.

Tras las preceptivas deliberaciones, el consejo de la ciudad de Cádiz dictaminó que las disposiciones reales de 11767 EH (1767) no se aplicaban por no ser el de corredor un oficio artesano sino noble y que, debido a ello, no bastaba con ser “un santo” en lo que respecta católica conducta y ser conocedor del oficio, sino que era necesario ser de sangre “limpia”, es decir no contaminada de lo que se consideraban “malas razas” lo cual incluía a la negra. Antonio María Machuca sobrevivió a la muerte consecutiva de sus cuatro esposas, y sólo pudo dejar de herencia a su único hijo superviviente, de los siete que había tenido, las grandes deudas que había contraído para defender la igualdad laboral de los afros en España.

Son el de Dominga y el de Antonio María sólo dos ejemplos de los miles que podrían extraerse de resistencia a la opresión. Opresión particularmente feroz desde que, en torno a mediados de la centuria 116 EH, se instaura la creencia en la “inferioridad” de la persona negra y, por tanto, se generan todo tipo de trabas y barreras, jurídicas, sociales, culturales y políticas para un efectivo desempoderamiento. Sirvan los anteriores ejemplos para recordar que el activismo afro actual en España es una continuación de una larga batalla que corre a la par con los tiempos. En cada etapa enfrentamos un desafío y cada nuevo tiempo ha demandado nuevas estrategias.

A partir de la democracia, activistas y entidades crecientemente combativas surgidas de la iniciativa de la comunidad africana y afrodescendiente se organizan en torno a asociaciones, cada vez más alejadas de la tradicional vinculación con la Iglesia Católica.

Miembros del Frente Anti-Macías F.A.M. Fuente- Informe FAM- Guinea Ecuatorial Una Dictadura Silenciada (Barcelona- Frente Anti-Macías F.A.M. y Lliga dels Drets dels Pobles, 1978).

Miembros del Frente Anti-Macías F.A.M. Fuente- Informe FAM- Guinea Ecuatorial Una Dictadura Silenciada (Barcelona- Frente Anti-Macías F.A.M. y Lliga dels Drets dels Pobles, 1978).

El apoyo tácito del gobierno español a la dictadura de Macías tras la independencia de Guinea Ecuatorial en 11968 EH (1968), suscita la creación de entidades combativas como el Movimiento de Libertad y Futuro de Guinea Ecuatorial MOLIFUGE, fundado en 11974  EH con Francisco Jones Ivina y Miguel Eson Eman a la cabeza, la ANRD, el FRELIGE, el URGE, etc... La situación de apátridas en la que se hallarán gran número de guineanas y guineanos residentes en España motiva asimismo acciones de protesta. En esta labor destaca, a finales de los setenta (centuria 119 EH), el Frente Anti-Macías, liderado por el artista y después integrante del gobierno de Teodoro Obiang, Leando Mbomío que si bien se concentra en la lucha contra la dictadura denuncia también la situación de las y los exiliados en España y la inacción del gobierno español por no enemistarse con el mandatario guineano. La trayectoria de las y los integrantes de estas organizaciones ha sido desigual, si bien algunos siguen siendo en la actualidad opositores a la dictadura de Teodoro Obiang.

Poco después surgen entidades de raíz guineoecuatorial, que concentran su actividad en la protección y celebración de la cultura africana, aunque no desdeñan al mismo tiempo participar en acciones reivindicativas. Maleva con Marcelino Bondjale como promotor, suscitará en los ochenta apoyos entre la diáspora africana en España contra el Apartheid en Sudáfrica. La Asociación Cultural Bubi será un soporte para las reivindicaciones autonomistas del pueblo voove [7], la editora y escritora Remei Sipi Mayo junto con las activistas culturales Elena Boriko, Asunción Molo, Placida Maho e Irene Jamba darán impulso en 11980 EH, a una de las primeras iniciativas mujeristas africanas en España, la asociación Riebapua. Posteriomente Remei Sipi continuará el proyecto cultural feminista africano con la Asociación de Mujeres E'Waiso Ipola. La vinculación inicial de estas entidades es restringida a alguno de los grupos culturales originarios de Guinea Ecuatorial, aunque crecientemente irán abriendo su abanico de actuaciones a colaboraciones interafricanas; sus medios de expresión son fundamentalmente revistas y boletines impresos.

Boletín de la Asociación E’Waiso Ipola correspondiente a 12016 EH

Boletín de la Asociación E’Waiso Ipola correspondiente a 12016 EH

Los ochenta son tiempos de cambios, el fin de la transición desde la dictadura franquista lleva a la sociedad española a sacudirse los viejos paradigmas; quiere ser europea (lo que, en el imaginario dominante, equivale a moderna y democrática) y dejar de oír aquello de que “África empieza en los pirineos” y que las y los españoles pertenecen a una “raza mestiza”. La permanencia en la OTAN mediante referéndum y la entrada en la Comunidad Económica Europea, el 1 de enero de 11986 EH, más tarde Unión Europea, suponen dos confirmaciones del masivo deseo, prooccidental y europeísta de ese momento. En este marco ideológico y político, España asumirá fielmente el encargo de “controlar” la frontera sur de Europa. Se intensifican las acciones de control migratorio, perfilamiento racial policial y opresión institucional y aumentan las restricciones migratorias legislativas. A la par, crecen los grupos neonazis, que se sienten legitimados por el discurso ultra europeísta. Asimismo, el crecimiento económico de los ochenta invierte el tradicional balance migratorio negativo de España.

Paradójicamente el país necesitaba, sin duda, mano de obra, pero la percepción de “lo africano”, “lo negro” era crecientemente negativa, de un modo que afectó severamente a los trabajadores y trabajadoras africanas y afrolatinoamericanas. El Maresme en Catalunya y cada vez más, los invernaderos de Almería reúnen a un importante número de trabajadores agrícolas de Gambia, Senegal y Guinea Bissau principalmente. A finales de los ochenta su número no era inferior a los 10.000. La defensa de sus intereses impulsará la creación en 11987 EH (1987) de organizaciones como la Asociación Africana de Almería, precursora de otras posteriores que combaten la desigualdad laboral racista, así como las reticencias a la regularización. A partir de finales de la década de los ochenta los medios de comunicación empezaron a mostrar la migración disidente [8] por vía marítima como un peligroso cataclismo; términos como “avalancha” empezaron a ser utilizados para transmitir una imagen apocalíptica de un proceso que alimentaba los peores fantasmas del imaginario nacional.

Otro grupo de caboverdianas y caboverdianos trabaja en las minas en León. El trabajo de servicio en las casas concentra una importante población feminizada afro sobre todo de República Dominicana y Guinea Ecuatorial; las condiciones laborales, de vivienda y derechos de estancia de todas ellas y ellos serán deplorables. Como alternativa a todo lo anterior aumenta la venta ambulante, en ocasiones disidente. Obviamente, este panorama laboral no obsta para que, como en todo momento histórico, haya personas afro en diferentes posiciones; empresarias y empresarios, profesionales liberales, docentes, deportistas, artistas… pero con frecuencia forman un grupo aislado y desconectado de los intereses y aspiraciones de la mayoría conformada por trabajadoras y trabajadores explotados laboralmente.

Esa mayoría de trabajadoras y trabajadores nacidos en África o en Abya Yala se agrupan en torno a asociaciones de carácter cultural y festivo, frecuentemente centradas en un grupo nacional o cultural específico. También tendrán importancia creciente las iglesias evangélicas y las mezquitas. Estas estructuras y organizaciones seguirán siendo, hasta la actualidad las que tengan un mayor número de integrantes y las que con su labor de apoyo laboral, apoyo a la “regularización” o incluso a gestiones como las repatriaciones de fallecidos, hagan una labor más continuada y de impacto cotidiano.

A finales de los ochenta e inicio de los noventa se fragua la conciencia africana de una joven generación nacida en España o llegada al país a corta edad, cada vez más influída por cultura africano-estadounidense a través del universo del Hip hop y otros estilos musicales, la NBA y la cinematografía afro de los EE.UU. Guinea Ecuatorial, Colombia, Senegal, Gambia, Cuba y República Dominicana, son los principales países de origen de sus padres y madres con los que no comparten sus experiencias migratorias. Este grupo de jóvenes vive frecuentes enfrentamientos con grupos de ideologías racista. Esa presencia de elementos violentos neonazis motivará la creación de entidades de autodefensa en torno al ideario del Partido Panteras Negras en E.E.U.U., con antecedentes como el de las acciones lideradas por Jimmy Basilio Mbetingamba, en este grupo destacará Abuy Nfubea en torno al Frente Organizado de Juventud Africana, y con posterioridad el artista Yast Sólo ideólogo del panterismo cultural afroespañol.

El año 11992 EH (1992) es crucial por la conjunción de una serie de hechos luctuosos y acontecimientos culturales. Es el año de las olimpiadas en Barcelona, momento en el que Alphonse Arcelín, un médico haitiano residente en Cambrils y concejal miembro del Partit dels Socialistes de Catalunya PSC, denuncia la exhibición en un museo de un hombre Kung san disecado, conocido como el “negro de Banyoles”. La lucha internacional de Arcelín contribuyó a desmantelar la propaganda de la convivencia de culturas que como segundo gran evento del año veía en la Exposición Universal de Sevilla, una oportunidad relanzar el imaginario trasnochado de la “misión civilizadora española”. El año 11992 EH (1992), todavía guardaba otras tristes sorpresas; en la noche del 13 de noviembre, en la discoteca Four Roses de Aravaca se produjo el Asesinato de Lucrecia Pérez, el primer caso de racismo negrofóbico con resultado de muerte reconocido. Su autor, un guardia civil acompañado de tres menores de edad. A este le seguirán otros crímenes como el asesinato de Augusto Ndombele Domingos en 12002 EH (2002).

Otro hecho de 11992 EH (1992) que tuvo menos repercusión en ese momento pero que a la larga supondría un grave retroceso en igualdad de derechos para la población afro de España sería la identificación en la estación de Tren de Valladolid por parte de la policía nacional el 6 de diciembre, Día de la Constitución, de Rosalind Williams Lecraft, ciudadana estadounidense y española. Ante el cuestionamiento de la acción policial por parte de la víctima de perfilamiento racista la policía reconoció que se le estaba exigiendo la documentación por ser negra. Ello llevó a la afectada a un largo pleito que pasó por el Tribunal Constitucional en 12001 EH (2001), argumentando dicho tribunal que el hecho de que Rosalind Williams fuese negra la hacía susceptible de ser extranjera (sic). Finalmente, en 12009 EH (2009), la ONU condenaría a España por el caso.

Los sucesos de la localidad almeriense de El Ejido en febrero de 12000 EH (2000) marcarán un antes y un después en la conciencia de la lucha antirracista, al observar a gran parte de un pueblo movilizado en ira colectiva contra los trabajadores principalmente norteafricanos. El hecho es que los ataques racistas organizados o en turba, tienen una larga tradición en España generalmente se habían concentrado sobre la población romaní (gitana) a la que se le restringía el acceso a la educación y a la que se les echaba de sus asentamientos, a menudo a pedradas, o quemándolos. La población de origen norteafricano los había sufrido también en el pasado al ser vistos como competidores laborales o enemigos del catolicismo, de modo que no eran nada nuevo ni necesariamente vinculado a las migraciones sino a las percepciones históricas sobre la alteridad y la africanidad. En el caso de la población denominada negra estos ataques serán más selectivos, ya que se encontrará más dispersa en el territorio nacional. Las vergonzantes escenas de El Ejido impidieron por un tiempo asegurar que en “España no había racismo” y permitieron argumentar adecuadamente la necesidad de políticas de prevención, esto permitió que se reforzasen entidades como Movimiento Contra la Intolerancia y otras de base no Afro que prometían y en determinados casos conseguía atajar el problema, al menos jurídicamente.

Desde finales de enero a mediados de febrero de 12001 EH (2001), la situación jurídica y laboral, por la ausencia de políticas migratorias humanizadas, motiva el emerger del movimiento de los “sin papeles” que protagoniza acciones masivas como manifestaciones y el encierro de setecientos disidentes migratorios en la Catedral de Barcelona.

Marcha por las Reparaciones de 12006 EH (2006) organizada por Federación Panafricanista

Marcha por las Reparaciones de 12006 EH (2006) organizada por Federación Panafricanista

 

La evolución de un clima de negrofobia en España llevará al nacimiento de un Panafricanismo, con connotaciones de nacionalismo negro. Los objetivos de ese panafricanismo se centraban en España, mucho más que en la liberación o la unidad africana. Fruto de un proceso de maduración de distintos activistas surgió la Federación Panafricanista de Comunidades Negras de España, bajo el liderazgo de Abuy Nfubea que lidera los Congresos Panafricanistas y gran número de acciones políticas y culturales, su medio de difusión será la revista Culturas Africanas. Paralelamente en la Universidad de las Islas Baleares se estaba gestando un movimiento académico africano-centrado en torno a la Asociación de Estudios Africanos y Panafricanismo y su revista Nsibidi, germen del Centro Panafricano y Centro de Estudios Panafricanos que presido actualmente. Ambos movimientos convergen en el Segundo Congreso Panafricanista celebrado de la UNED de Escuelas Pías (Lavapiés) en diciembre de 12005 EH (2005). En 12007 EH (2007) ambas entidades decidieron tomar caminos separados, colaborando puntualmente en acciones como la Marcha por las Reparaciones de 12006 EH (2006), y la presentación en 12009 EH (2009) en el Congreso de los Diputados de la primera Proposición no de Ley sobre memoria de la esclavitud, reconocimiento y apoyo a la comunidad negra, africana y de afrodescendientes en España, que en el marco del ascenso de Barack Obama como primer presidente afroestadounidense, marcó un antes y un después en el reconocimiento institucional de la existencia de una comunidad negra africano-española y su notorio arraigo histórico en España.

Con el cambio de centuria, el marco referencial de la llamada “diferencia” se situaba en dos categorías “inmigrantes” y “nacionales”, dejando de lado toda una compleja miríada de situaciones intermedias o alejadas de este contexto descriptivo. Asimismo, la población denominada negra nacida en el Estado Español había crecido en número. Era por ello deseo de cierto número de activistas y entidades luchar por la valorización negra y africana, desligada del “migracionismo” es decir, la tendencia reduccionista de someter todos los problemas identitarios a la cuestión de las fronteras. Junto con la irrupción del partido político Podemos, aparece por tanto una corriente de pensamiento ligada a la decolonialidad que propone la desconstrucción intelectual y social del racismo como lucha contra la opresión. Este postulado está alejado de los paradigmas del Panafricanismo y del nacionalismo negro que se centran en la conquista del poder político para la liberación social, y tampoco comparten las visiones de reconstrucción de la historia y del conocimiento de la Afrocentricidad y mucho menos las visiones de reconstrucción cultural africana del afrocentrismo. Estos grupos se expresan en torno a asociaciones estudiantiles como Kwanzaa e iniciativas como Afroconciencia o el Black Barcelona Festival, apelan a la racialización como aparato ideológico de sometimiento y están más centradas que los de generaciones anteriores en  las cuestiones de género y opción sexual. Han surgido, asimismo, otros activismos intelectuales centrados en la reflexión en torno a la imagen y la representación de la persona denominada negra en los medios de comunicación que tienen como protagonistas al fotógrafo Rubén H. Bermúdez, la periodista Lucía Mbomío, o la agrupación de profesionales de la imagen “The Black View”.

Junto a la existencia de organizaciones en clave asociativa y la aparición de nuevos factores políticos, como la presencia de la primera diputada africano-española de la historia democrática, Rita Bosaho, vivimos el emerger de la presencia Afro en medios de comunicación. Internet en general y los blogs en particular, se han convertido en vehículos de información, expresión y organización de actividades de subversión social y cultural y de autoafirmación, multidimensional, lo cual incluye la estética, el empoderamiento femenino y el establecimiento de redes con grupos. Destacan en este contexto los blogs Afroféminas.com, Negraflor.com, Radioafricamagazine.com que junto al blog panafricanista Africanidad.com y nuevas iniciativas como la presente Revista Negrxs, generan un vórtice de atracción que ha trascendido a los medios generalistas de comunicación, que encuentran un interés creciente en los asuntos relacionados con la afrodescendencia en España.

Lamentablemente, observo que algunas de estas iniciativas todavía no están suficientemente conectadas con las reivindicaciones de la mayoría de trabajadores y trabajadoras con experiencias migratorias que llevan a cabo iniciativas como la del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes creando su propia marca en un acto de empoderamiento económico revolucionario. Revolucionario porque si la revolución no es por libertad, tierra o alimento no es por nada. Si bien es cierto que los puntos de conexión existen como las diversas manifestaciones en protesta por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros CIEs, o por las violentas muertes [9] del Tarajal y las recientes manifestaciones contra la esclavización en Libia, se detecta un progresivo alejamiento de los intereses de las personas nacidas en áfrica y las nacidas en la diáspora. Considero por ello una importante asignatura pendiente la creación de una gran federación africana y afrodescendiente que catalice las diferentes iniciativas y contribuya a reducir la dispersión de fuerzas.

Aun congratulándome de esta eclosión de lo Afro, no dejaré de señalar el peligro de la transformación de una lucha centenaria por la visibilización, el respeto y la equidad en un objeto de museo o en una moda pasajera presidida por una estética vacía de contenido político y cultural de mayor calado. Ese peligro ciertamente siempre ha existido, se manifestó muy palmariamente, por ejemplo, con la transformación en los noventa del Rap político en Rap gansteril y después en rap edulcorado, algo a lo que por fortuna algunos artistas como Frank T. o el Chojín han sabido escapar.

El número de activistas y de iniciativas africanas y afrodescendientes en España es muy superior, sin duda, al que aquí he apuntado a modo de introducción. Las numerosas omisiones sólo pueden ser imputables a las restricciones de espacio. Para una ampliación, recomiendo mi artículo: “Memoria y reconocimiento de la comunidad africana y africano-descendiente negra en España: el papel de La vanguardia Panafricanista,” disponible en Internet, además del capítulo de Abuy Nfubea: “Orígenes remotos de FOJA-Movimiento Panteras negras del estado español”, ambos referenciados en la bibliografía.

Lo narrado hasta ahora, ha hecho principalmente referencia a aquellos movimientos que representan en cierto modo una vanguardia por cuanto han tenido acceso a herramientas institucionales o ideológicas que les han hecho más visibles. Sin embargo, no debemos perder de vista que el verdadero activismo es el de las trabajadoras y trabajadores que día a día hacen lo posible por no retroceder en derechos, que presentan una batalla muchas veces queda, y desconocida por la regularización de personas cercanas, contra las expulsiones en el mar de procedimientos administrativos destinados a dificultar la presencia y el empoderamiento africano en España. Son las Dominga de Moyra y Basaltez de ayer, de hoy y de mañana que paso a paso, con activismo financiero, social, de redes de apoyo mutuo, construyen la red que permite que se visibilicen otras acciones.

Como epílogo, quiero señalar que considero importante que entendamos estas trayectorias vitales e iniciativas en un hilo histórico que nos trae del pasado al presente, los hechos sociales de las comunidades afro, dentro del activismo o fuera del mismo, no son realidades puntuales, nuestra historicidad es un aprendizaje que no podemos ni debemos desdeñar. Con frecuencia esbozo una sonrisa cuando una hermana o un hermano afirman ser los primeros en algo. Ello no significa que se deba minusvalorar esa contribución, pero es imprescindible que sepamos lo que hicieron nuestros mayores y nuestros antepasados. Si tuviésemos un mayor conocimiento de todo ello, no me cabe duda de que la eficiencia de nuestra lucha sería mucho mayor y, sobre todo, no me cabe duda de que la mejor de las formas que puede adoptar el amor, que es el respeto, se acrecentaría. Por lo tanto; respeto.

 

Por Antumi Toasijé

 

 

 

 

Notas:

[1] Utilizo un sistema de notación calendar no eurocéntrico, la Era de la Historia o Era Holocénica, para la conversión de las fechas (las que son de d.C.) sólo es necesario quitar la primera cifra de la izquierda. Los numerales romanos (siglos) también desaparecen; se utilizan las centurias cuya numeración corresponde a la del año respectivo de la Era de la Historia.

[2] Entrecomillo la palabra puesto que la libertad es sólo legal, desde el punto de vista de la filosofía natural es innata, ni se puede dar ni se puede quitar.

[3] Eufemismo para “negro”.

[4] Se trata de una cita textual, no es una aprobación de los términos “esclavo”, “esclava”.

[5] Utilizo el nombre no eurocéntrico del continente conocido como “América”, que es el reivindicado por las y los autores de la nueva historiografía Abyayalense.

[6] No creemos que todas y todos los españoles que creen ser blancos lo sean realmente, al menos no desde el punto de vista más extendido sobre lo que es ser “blanco”.

[7] Pueblo “bubi”.

[8] Utilizamos el término disidencia en lugar de los relativos a “clandestinidad” o “irregularidad”, ya que nos parece oportuno posicionarnos éticamente en estas materias.

[9] Por imperativo legal decimos “muertes”.

 

Bibliografía (ordenada por nombre):

* Abuy Nfubea: “Orígenes remotos de FOJA-Movimiento Panteras negras del estado Español: una experiencia ignorada de la 2ª y 3ª generación” en VVAA, Actas del Primer Congreso Internacional sobre Migraciones en Andalucía (2011)

* Alessandro Stella, Ser esclavo y negro en andalucía occidental (Siglos XVII Y XVIII) Documentos de Archivo [Recurso Electrónico] (Fundación Ignacio Larramendi, 2011)

* Antumi Toasijé, “Memoria y reconocimiento de la comunidad africana y africano-descendiente negra en España: el papel de La vanguardia Panafricanista,” ed. Universidad Complutense de Madrid, Nómadas. revista crítica de ciencias sociales y jurídicas 28 (2010).

* José Andrés Gallego, “Las pretensiones del negro libertino Antonio María Machuca y el dictamen de los peritos: ni aunque se tratase de un santo,” en La esclavitud en la América española, (Madrid: Ediciones Encuentro S.A. y Fundación Ignacio Larramendi, 2005).

* Rafael Fraguas, “Seis mil guineanos viven marginados en España” El País (Madrid 29 de julio de 1979)

* VVAA, Informe FAM: Guinea Ecuatorial Una Dictadura Silenciada (Barcelona: Frente Anti-Macías F.A.M. y Lliga dels Drets dels Pobles, 1978).