El niño que soñó inventar: Lewis Howard Latimer

 

Lewis Howard Latimer (dibujo por T.A Charron)

 

“ILUMINAR PERTENECE A QUIEN IMAGINA,

A QUIEN CREA Y CREE,

A QUIEN ESCRIBE SUS DÍAS A VECES CON FALTA DE SUEÑO,

A QUIEN SUEÑA DESPIERTO Y TIENE FE.

ILUMINAR NO SOLO ES EL APLAUSO HUECO,

ILUMINAR SIEMPRE ES

EL RECUERDO QUE GENERA EL ECO…”

Texto por: Bronny

Habitar las tierras del reconocimiento social e histórico no siempre es igual para todo el mundo. Trabajar con estrategia, disciplina e inteligencia no es suficiente si tu estrategia, disciplina e inteligencia trabajan en beneficio de unos intereses no alineados con el sistema. O si el sistema per se se basa en la discriminación.

Los innumerables avances en los diferentes campos de la ciencia que sucedieron ayer conforman el bienestar asimétrico del que disfrutamos hoy. Las y los inventores tienen un común denominador: “pensar que no todo está inventado y que todo es mejorable”. Y justo ese mantra es el que conformó la personalidad de Lewis Latimer.

Lewis Howard Latimer, nació un 4 de septiembre de 1848 en Chelsea, Massachusetts. Era el menor de cuatro hermanos. Sus padres, George y Rebecca Latimer, nacieron en condición de personas esclavizadas, pero se fugaron de la plantación de Norfolk en Virginia hacia Boston, Massachusetts en 1830. En ese momento, Massachusetts era el estado líder en pensamiento abolicionista y allí la esclavitud no era legal. Lo que sí era legal en todo el país era la “ley de esclavos fugitivos” que permitía a los cazadores de esclavxs ir a por lxs negrxs libres, arrestarles y devolverles, en su condición de esclavxs, a su lugar de origen. El problema para lxs afroestadounidenses que nacían en libertad —o que huían y se instalaban en estados libres— era que los cazadores de esclavos podían secuestrarles y llevárselxs con la etiqueta de esclavxs. Esto fue lo que ocurrió con George Latimer cuando un esclavista llamado James B. Gray le reclamó como suyo. Por suerte, los grandes Frederick Douglas y William L. Garrison compraron la libertad de George.

Pese a ser libre legalmente, el padre de L. Latimer se aleja de la familia para no causar problemas. Es interesante apuntar que lxs esclavxs individuales podían ser reclamadxs aunque unx miembro de la familia fuese libre. La familia se dividió. La madre envió a L. Latimer y sus hermanos a una escuela agrícola y a sus hermanas, con un conocido de la familia. L. Latimer tenía 10 años y jamás volvió a ver a su padre. Atrás quedarían los años en los que le ayudaba en su barbería o a empapelar paredes para ganarse la vida.

Para ayudar a sustentar a la familia, vendía periódicos después de clase, pero a medida que iba cumpliendo años, más se definían sus ideas de libertad para su gente, aún con el recuerdo vivo de lo que ocurrió con su padre. Tenía 16 años cuando, tras mentir sobre su edad, se enrola en la marina mientras sus hermanos se alistan en el ejercito. El Sur y su atmósfera esclavista y racista quería seguir teniendo una economía basada en la esclavitud, mientras el Norte, más industrializado, no necesitaba mano de obra esclava para cubrir sus necesidades. La guerra entre el Norte y el Sur se vendió como una lucha por la libertad de las personas negras obviando el trasfondo económico y el choque de poderes. Cierto es que las personas negras ya no vivían en régimen de esclavitud tras la aprobación de la XIII enmienda a la Constitución en 1865 y tras finalizar la guerra, pero las leyes Jim Crow, aquellas que hacían legal la discriminación a lxs negrxs, cobraron fuerza año tras año desde 1876.

DATO CURIOSO

El último estado en ratificar la enmienda fue Mississippi en 1995. El problema es que no se presentó dicha ratificación ante el responsable del archivo de los EE.UU, así que se puede decir que no se hizo nada. No fue hasta el año 2013 cuando legalmente el estado de Mississippi ratificó la XIII enmienda a la Constitución.

 

Tras abandonar la marina y finalizar la guerra, L. Latimer regresó a Boston y empezó a trabajar en la oficina de patentes de Crosby&Gould. El joven Latimer aprende a dibujar él solo mediante la observación y, tras sorprender a su entorno laboral por su talento natural, es ascendido como dibujante jefe en su media veintena. En 1873, con 25 años, se casa con Mary Wilson con la que tendría 2 hijas: Louis Eebecca y Emma Jeanette.

La brutal autodisciplina que se impone L. Latimer al leer y estudiar por su cuenta diversos campos de la ciencia se muestra en sus distintas patentes: este autodidacta consigue en febrero de 1874 registrar su primera patente, un sistema de inodoro mejorado para trenes que, por cuestiones obvias, se convierte en indispensable.

 

Documento de registro de patente de sistema de inodoro creado por Lewis.H Latimer, entre otrxs. Fuente massmoments.org

 

En 1876 Alexander Graham Bell, aquel al que se le atribuyó la invención del teléfono, contrata a L. Latimer para que diseñe el aparato que pudiese hacer realidad la tecnología “creada” por Bell. Tras mucho trabajo no solo diseña un aparato funcional, sino que le ayuda a redactar la patente.

DESTACADO

Antonio Meucci crea en 1854 el teletrófono, aparato previo al teléfono. Este humilde inventor italiano fue la primera persona en crear una línea perfectamente estable entre su casa y su centro de operaciones. A ello le llevó la necesidad de estar pendiente de su esposa, quien estaba impedida. 16 años antes de que Bell se dijese inventor del teléfono, Meucci, en 1860, demostró públicamente su invento mejorado, el cual jamás pudo patentar por falta de recursos: en 1871 solo pudo pagar un documento con una año de vigencia que le permitía estar en trámite previo a presentar la patente. Pero ahí no acaba todo. Tras un accidente de tren de vapor, sufrió graves quemaduras y es entonces su esposa quien vende sus ingenios a un prestamista para subsistir. Cuando Meucci se repone, decide recuperar su material, pero el prestamista dice haberlos vendido a un joven cuya identidad nunca se supo.

Bell registra su patente gracias a Latimer en 1876. Meucci intenta demostrar que el invento es suyo, pero misteriosamente se pierde toda la documentación. Hoy sabemos que el abogado contratado por Meucci estaba comprado por Bell. Todo quedó en el vacío cuando Meucci murió —entre 1886 y 1889— y Bell quedó como único inventor legal del teléfono.

Es necesario destacar que Alexander Graham Bell fue presidente honorifico del Congreso Internacional de Eugenesia en 1921, órgano que defendía la esterilización de lxs negrxs y demás personas. De hecho en 1905, Indiana crea una ley que permite la esterilización a quienes tuviesen problemas mentales, todo desde una imperante óptica de normalidad blanca. Esto contribuyó a la época más sangrienta, legalizando de facto el racismo en EE.UU en casi cada esquina. Lo que seguro no admitió Bell en ese congreso y posteriormente es que el teléfono fue creado por Meucci y que se basó en el talento de un joven negro para hacer del diseño del teléfono un aparato funcional.

 

Tras mudarse en 1879 de Boston a Bridgeport, Connecticut, Lewis Latimer es contratado por Hiram Maxim (1880), fundador de la “Maxim-Weston Electric Light Company”. La compañía, con su joven joya, se traslada a Brooklyn. Para 1881 L. Latimer patenta, junto a Joseph Nichols, una bombilla con un filamento de carbono más duradero que la desarrollada por Thomas Edison en 1880, que solo duraba unos pocos días.

 

Registro de patente de bombilla con filamento de carbono por L.H. Latimer y Joshep Nichols. Fuente inventors.about.com

 

Le encargan supervisar la instalación eléctrica de Montreal y Filadelfia.

En Otoño de 1881, le envían a Londres para poner en marcha un departamento de bombillas incandescentes y se topa con la discriminación también al otro lado del charco: trabajadores y compañeros de equipo no ven bien que una persona negra sea la responsable del avance de esta tecnología y mucho menos que les mande.

Un año después, en 1882, logra patentar el proceso de fabricación de filamentos de carbono, dando un paso de gigante en el desarrollo técnico en este campo.

En 1884, Thomas Edison le contrata para la Edison General Electric Company  (debido a la fusión con la compañía Thomson-Houston Electric Company, hoy la conocemos como “General Electric”) y continúa perfeccionando la bombilla bajo el nombre de la compañía.

El ingenio de L. Latimer no termina ahí. Su invento de 1886 nos lo deja claro: ese año desarrolló un aparato capaz de enfriar y desinfectar.  Este invento es el antepasado directo del aire acondicionado. Debido a que los gérmenes no proliferan igual en el frío, este interesante invento de L. Latimer se empezó a utilizar en los hospitales.

Es curioso ver como muchos hospitales que se beneficiaron de su aparato prohibían la asistencia sanitaria a lxs negrxs gracias a las Leyes Jim Crow.

Para 1890, L. Latimer publica el primer libro sobre el sistema de iluminación eléctrica de EE.UU, un trabajo tan importante como necesario en una época en la que las necesidades lumínicas cada día tenían más peso.

Ya en 1894, crea un ascensor más seguro, estable y avanzado que el que se usaba en aquél entonces. Un año después, en 1895, inventa un dispositivo para bloquear abrigos, paraguas y sombreros en bastidores colgantes, dificultando así su robo. Hoteles y restaurantes de la época empezaron a utilizarlo.

Ese mismo año escribe una declaración en relación a la conferencia de hombres de color. La falta de oportunidades, el racismo institucional que inspiraba a parte de la población blanca para asesinar a cientos de personas negras cada año, hacía demasiado ruido como para que se obviarse. L. Latimer quiso demostrar que una persona negra puede ser lo que quiera ser, no desoyendo la difícil situación de su gente.

Hacia 1886 se centra en el control de patentes de la compañía. En esos años se aprecia una reducción de sus patentes. Tuvieron que pasar 9 años más para que, en 1905, patentase un soporte de libros. En 1911, comienza a trabajar en una consultoría.

En 1918, L. Latimer se convierte en el único negro de los Edison Pioneers, un grupo relacionado con las patentes y los distintos negocios de Edison.

Se jubila en 1922, dos años después su compañera de vida fallece. La seguiría él cuatro años más tarde, en 1928.

En el 75 aniversario de la invención de la bombilla, nadie mencionó a L. Latimer como pieza fundamental para la funcionalidad de este elemento. Muestra de la invisibilización que —adrede— ha ido generando el peso del tiempo y las cadenas de los prejuicios raciales hacía las personas negras a nivel institucional.

Su hija, Emma Jeanette Latimer, se casaría con Gerald Fitz Norman, primer profesor negro de secundaria en escuelas públicas de New York. Tendrían dos hijxs, Winnifred Latimer Norman (1914-2014) y Gerald Latimer Norman (1911-1990). Winnifred fue trabajadora social y la tutora legal de la obra de su abuelo.

Aparte de inventar, L. Latimer dibujaba, escribía poesía, obras de teatro, era músico, tocaba la flauta y el violín, aprendió francés y algo de alemán.

Uno de sus escritos dice así: 

“El hábito es un poderoso medio de progreso, y el hábito de la eterna vigilancia y diligencia rara vez deja de traer una recompensa sustancial”.

 

Referencias

Bellis, M. (2020, noviembre 8). Biography of Lewis Latimer, Noted Black Inventor. ThoughtCo.

Hmong.wiki. (s. f.). Lewis Howard Latimer Vida temprana familia y Carrera profesional.

Sánchez Capel, M (Trad.). (2018). Latimer, un afroamericano que ayudó a iluminar el mundo. Revista digital África Fundación Sur. CIDAF-UCM.

Jenkins, Ph. (2019). Breve historia de Estados Unidos - Alianza Editorial. Alianza Editorial.

EL BÚNQUER: Lewis Howard Latimer (2x121). (s. f.). Recuperado 4 de diciembre de 2022, de https://www.youtube.com/watch?v=WOvkxOZ6sgE