RESPIRANDO LOCKING: CHIFUNK

por: @hamzaports

Por: Bronny

Si bailar fuese una sonrisa, el Locking sería la más peculiar.

Las distintas danzas que conforman la cultura Hip Hop gozan hoy de una sobre-dimensión gracias al mundo tecnológico en el que vivimos. Las redes sociales son un perfecto escaparate para mostrar no solo baile. En la velocidad de nuestros días tendemos a no reparar en lo importante que fue la arquitectura de ayer para que hoy sea todo más fácil, al menos en términos de aprendizaje.

Pero, ¿Qué diferencia hay entre aprender con los medios actuales y como lo hacían en las primeras generaciones de bailarines?

Quizás antes, la esencia, el contexto social y la humildad de una cultura naciente que emergió de una parte de la población acostumbrada a no tener voz, a ser de segundas, tenía más importancia. Quizás hoy, al tener más interés por mostrarse en redes que en comprender el trasfondo de las cosas, dando por hecho que la esencia AFRO es una mera moda, ha hecho perder ese amor por la cultura.

En los años 70 el contexto político en EE.UU era particularmente intenso. Ciertamente, los afro-estadounidenses tenían sobre el papel unos derechos que no se representaban en el conjunto de la sociedad. La música negra continuaba mostrando el sentir de un pueblo, una cultura paralela en un país convulso. El ritmo predominante en los 60 era el soul. Artistas como Jackie Wilson, James Brown y Aretha Franklin inspiraban a los artistas blancos que posteriormente visibilizarían una música acunada en una cultura despreciada.

Para la década de los 70 se respiraba al compás del funky, entre otros estilos. Más atrevido, más descarado y con una mayor jugabilidad musical, el funky promovió que el Bboying (lo que a partir de los 80 se conoció como Break Dance) y otras danzas se desarrollasen.

En 1973, Don “Campbellock” Campbell, el máximo impulsor de este baile, fundó el grupo “The Lockers”.  Este grupo, y sobre todo su creador, fueron el motor a través del cual muchos bailarines empezaron a bailar y a desarrollarse como artistas.

La primera generación de bailarines de Locking era afro-estadounidense, como pasó y pasa con otros ámbitos culturales afrodescendientes- Este estilo de baile fue calando barrio a barrio, ciudad a ciudad. Y la comunidad filipina fue responsable de ser la segunda generación de bailarines de Locking en San Francisco.

Con el paso de los años, este peculiar baile iría extendiéndose a otros lugares del país y del mundo, llenando de Funk la mente de miles de personas: el bailarín al que entrevisto en este texto es uno de ellos.

Chi-Fung nació y creció en Madrid. Curioso y con ganas de aprender, vio en la cultura Hip Hop el lugar que, sin preguntárselo, necesitaba. Lavapiés era su barrio, aún cuando un domingo a mediados de 1996 fue a Gran vía, y donde hoy reside la Cadena Ser, ve bailar a los “Supersouthnics” que hacían movimientos nunca antes vistos. Ese día Chi-Fung supo que quería ser bailarín.

Según tu opinión, ¿se vive o se siente el Funk con la misma intensidad que décadas atrás?

A nivel de masas es distinto. Las tendencias y los movimientos sociales desplazaron otros géneros. A nivel particular, una persona que ha encontrado el Funk, y este género ocupa su corazón, será algo atemporal.

Si esta sociedad conectase más con  la vibra de géneros como el Funk, abordaríamos con mayor  facilidad y armonía valores sociales como la igualdad, la unión en la diferencia, la libertad etc.

¿Qué significado tiene para ti tu baile?

Bailar, como tal para mí, es poder expresarse por medio de la música de forma sincera, sin engañarse a unx mismx y así dar forma a nuestra esencia. Es un proceso continuo en el que vamos encontrándonos con nosotrxs mismxs en todo momento.

Dependiendo de a qué contexto nos refiramos, el Locking tiene más peso en un lugar que en otro. ¿Qué volumen y prioridad dirías que tiene este estilo en la comunidad de bailarines de España? ¿Y en los medios de comunicación?

Lo ideal es que hubiera un mayor balance a la hora de mostrarlo. Dando valor de documental, sin perder ese atractivo en cuanto a entretenimiento, que suelen hacer los medios en otras sociedades, por lo que he visto, como la japonesa o la coreana a las que se les da bastante bien.

En lo que respecta al Locking en España, siento que aún queda por aportar y acercar la esencia a mucha gente.

Pudiste conocer a Don Campbell, ¿Qué nos puedes contar de él?

Don Campbell era Funky. Tenía un alma noble y era muy cercano y humilde. Con su presencia llenaba cualquier sitio. Recuerdo que me dijo: ‘la próxima vez que nos veamos, que sepas que somos amigos’. Jamás podré olvidar el momento que pude pasar con él, sus consejos y su funk.

La cultura Hip Hop ha ido evolucionando hasta, a veces, desligarse de su esencia. ¿Merece ser revisada para encaminarla entre sus militantes?

Existen rasgos distintos y diferentes ideas acerca de qué es el Hip Hop, entre otras cosas por falta de información. Creo que antes de redefinir, haría hincapié en recordar y saber los puntos que conforman la cultura. En sociedades como la nuestra, pienso que es conveniente saber la fuente, conocer la lucha, la reunión.

¿Disco imprescindible para ti del Funky Movement? ¿ Y por qué?

Disco no sé, pero para mí: “Do the funky chicken” de Rufus Thomas, en el concierto de Wattstax del 73, es un gran momento donde se puede ver la unión, la celebración, armonía y por supuesto a muchísimos lockers originales de primera generación dándolo todo. Además, también vemos muchos de los elementos existentes ya sólidos, y que más adelante la propia Cultura Hip Hop adoptaría en consecuencia al Locking. Todo eso se podía ver en ese mítico concierto.

¿Por medio de qué bailarines o músicos es obligado pasar, a la hora de construir nuestra identidad artística?

Yo tuve que pasar por distintos géneros musicales. Me encantan los distintos estilos que hay a día de hoy dentro de las danzas Hip Hop, y en mi caso me guie por mi sabor de helado favorito, el Funk.

A medida que nos vamos desarrollando como personas, a mi modo de ver, es necesario integrar a nuestro locking otros aspectos de nuestra vida y así volverlo más rico. En mi caso son las artes marciales, para otras personas puede ser el flamenco, por ejemplo. Ese tipo de cosas para mí son el resultado y parte del proceso para poder expresarnos de forma sincera y llegar a nuestra identidad artística.

¿Hasta cuándo bailarás?

Mi deseo es seguir bailando hasta que mi corazón pare de latir. Mientras siga latiendo mi corazón, seguiré compartiendo y acercando a la comunidad la fuerza y belleza de la Cultura Funk, de todo lo bueno que puede llegar a hacer al individuo y a todo su conjunto.

Aún recuerdo la celda en la que habitaba,
el día más que luz generaba sombras,
la noche más que paz albergaba las preguntas de mi alma.
Aún recuerdo cuando la música fue la llave y bailar mi libertad
— Bronny

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