Llega junio, llega el mes de la cultura afroperuana

Angie Edell Campos.

Angie Edell Campos.

Entrevista por Gondwana.

Angie Edell Campos es afroperuana. Actualmente, es candidata a doctora en Ciencias Sociales con mención en Antropología Social por el Centro de Investigación y Estudios en Antropología Social CIESAS-Occidente, en México. Trabaja como Directora de Organización y Comunicaciones de la Red Peruana de Jóvenes Afrodescendientes, Ashanti Perú. Escribe en Reflexiones de Una Mujer Afroperuana y durante el último año fundó la Red de Investigaciones Afrolatinoamericanas. No hemos querido dejar pasar la ocasión, en este mes de la cultura afroperuana, para charlar sobre la comunidad negra en esta tierra y conocer los avances que se han realizado en el territorio.

¿Qué es para ti ser afroperuana?

Es una pregunta que ha sido empleada cada vez con mayor frecuencia en los espacios sociales, familiares y políticos. Para mí, manifestarme afroperuana en la actualidad de nuestro país es una postura política identitaria. Política porque en un país en el que se cree que el rostro nacional es el indígena o mestizo, llamarnos afroperuanos y afroperuanas es interpelar el imaginario construido sobre el rostro peruano. Identitaria porque a través de manifestarse como tal, se reconoce el derecho humano de los pueblos afrodescendientes sobre su identidad e historia, se humaniza y reconoce el legado, las luchas, la ancestralidad que enmarca la afrodescendencia.

¿Con qué fin se creó esta celebración? ¿qué significa para ti?

El 4 de junio pasó de ser decretado como Día de la Cultura Afroperuana a reservar el mes completo de junio como uno que amerita acciones de reconocimiento y visibilidad del pueblo afroperuano. Se crea en el marco de un conjunto de acciones desde la sociedad civil en diálogo con las instituciones del Estado peruano que en su momento se creó para contribuir con la visibilidad del pueblo afroperuano, así como para generar espacios de diálogo y demostración de lo que se está gestando desde el propio pueblo afroperuano; espacios para visibilizar los emprendimientos afroperuanxs, organizaciones culturales, instituciones que realizan proyectos sociales, etc. 

Para mí, todo el mes de junio es una excusa para presentar las cifras y situaciones concretas que atraviesan al pueblo afroperuano. Busco que no se piense esta fecha como “la fecha cultural afroperuana”, si no pensarla como un mes de visibilidad afroperuana en su complejidad histórica y de Derechos Humanos. En muchos países de la región, se hicieron estas reflexiones, y para no quedarse en el espacio únicamente culturalista, se planteó como “el día de la conciencia negra” en Brasil o “el mes de la historia afroamericana” en Estados Unidos. Es importante re-significar y apropiarnos de estas fechas, ya que se pueden generar espacios de diálogo y reflexiones que vayan desde lo cultural, pero no se queden ahí, extendiéndose hasta reflexiones en términos de derechos humanos.

Ya que no estamos reconocidos como pueblo dentro de la Constitución política, esta fecha nos da las herramientas políticas para seguir abogando por un verdadero reconocimiento de parte del Estado peruano

Actualmente ¿qué políticas públicas se están promoviendo desde los colectivos afroperuanos?

El proceso de diálogo entre las organizaciones afroperuanas y las entidades gubernamentales ha tenido un importante impacto en la generación de políticas públicas, sin embargo es un proceso lento que se ve estancado muchas veces por la falta de voluntad política y tiene que ver con el trasfondo de la forma de hacer política en el país. Se han generado diferentes plataformas de diálogo y validación de acciones gubernamentales por parte de las organizaciones afroperuanas a nivel nacional, tenemos el GTPA (Grupo de Trabajo para la Población Afroperuana) desde el Ministerio de Cultura, la Mesa de Trabajo Afroperuana desde el Congreso de la República, así como Grupos Técnicos de Validación creados de forma coyuntural, como el último organizado en el  marco del Censo de Poblaciones 2017. 

Desde el Plan de Desarrollo del Pueblo Afroperuano, Plan DEPA, se han generado cuatro demandas generales:

  • Garantizar la visibilidad estadística en el sistema estadístico nacional de la población afroperuana.

  • Garantizar el derecho a la igualdad y no discriminación de la población afroperuana.

  • Promover el desarrollo social, político, económico, productivo y cultural de la población afroperuana con identidad e igualdad de oportunidades.

  • Fortalecer la institucionalidad pública vinculada a la promoción y protección de los derechos de la población afroperuana promoviendo la ciudadanía, su participación y acceso a las instancias de decisión.

Cada uno de estos puntos se reconocen como puntos principales para garantizar la inclusión integral del pueblo afroperuano. No obstante, de la planificación a la ejecución de las propuestas de políticas públicas existe una amplia brecha. Para el Plan DEPA se planteó una ejecución de 4 años (2016-2020), pero el proceso es lento. La disposición de las organizaciones afroperuanas está presente, los canales de diálogo se mantienen de forma continua, las y los líderes afroperuanos que están colocando la agenda desde los espacios gubernamentales tienen las propuestas, pero, esta lentitud y exclusión tiene que ver básicamente con la voluntad política. Es necesario que el Gobierno peruano entienda al pueblo afroperuano como parte de la construcción del país.

¿Qué es lo que pide, reclama o necesita la diversidad de la comunidades afroperuanas?

En los últimos años, se han ido creando y visibilizando demandas específicas dentro de las propias organizaciones afroperuanas, actualmente con una mayor presencia de los movimientos de diversidad sexual, de feminismo e incluso de personas con habilidades diferenciadas. El movimiento afroperuano se ha ido difundiendo y ampliando desde finales de los 80. Inicialmente esta forma de organización respondía al fin supremo de “una mayor visibilidad de lo afroperuano en el país”. Sin embargo, desde los 80 hasta la actualidad las motivaciones y sobre todo las demandas que mueven a las organizaciones han ido diversificándose.

Actualmente podemos ver organizaciones de mujeres afroperuanas feministas u organizaciones afroperuanas LGTBI, incluso, dentro de las tradicionales organizaciones afroperuanas también se están incluyendo demandas que no son únicamente las de identidad étnico-racial. En un contexto mundial de mayor presencia y visibilidad de demandas y voces disidentes, también se ven impactadas las organizaciones afroperuanas.

Las comunidades afroperuanas en su diversidad tienen diferentes demandas específicas. En el caso de las comunidades que se encuentran en la zona rural hay necesidades de urbanización; garantizar los servicios básicos de vivienda; garantizar su derecho a acceder a una atención de salud y sanitaria de calidad y en relación a las propias características del pueblo afroperuano rural y garantizar el acceso a la educación con énfasis en el respeto de sus raíces y herencia histórica. Las comunidades de las zonas urbanas y sobre todo en el caso de Lima y Callao, que se encuentran en zonas urbanas marginadas y empobrecidas, hay una mayor incidencia en procurar por ciudades seguras; luchar contra el racismo y la discriminación que continúa etiquetando y encasillando al pueblo afroperuano en determinadas acciones. Los perfiles raciales siguen siendo utilizados por las fuerzas armadas y policiales y denuncias sobre esto se hacen cada vez más visibles. 

Comúnmente se dice que Perú no es Estados Unidos o Brasil, que no se asesina a las personas afrodescendientes. Pero el reforzar el empobrecimiento, racismo y criminalización sobre los cuerpos afrodescendientes también son estrategias estatales de genocidio. No serán ejecutadas de la misma forma, pero el objetivo y el impacto es el mismo. Poblaciones afrodescendientes cada vez más vulneradas, violentadas y asesinadas.  

¿Crees conveniente una lucha interseccional?

La lucha interseccional es un discurso que cada vez ha ido ganando más presencia en todos los espacios sociales, políticos y académicos. Incluso el lema de “si tu lucha no es interseccional, no es mi lucha” se hace más común y demandante dentro de los espacios de lucha social. Este contexto también presenta un desafío para las organizaciones afroperuanas y ha generado, claro que sí, algunos quiebres dentro del movimiento afroperuano.

Aún cuesta mucho la interpelación que hace la diversidad sexual a las organizaciones afroperuanas generalmente dirigidas por líderes heterosexuales, aún cuesta también la interpelación que hacen las mujeres afroperuanas a organizaciones que han sido dirigidas históricamente por hombres. A mi parecer, la interseccionalidad impacta en dos espacios cruciales, en una es más conveniente que en otra.

En primer lugar, el impacto de la interseccionalidad en las dinámicas generadas en los espacios organizativos afroperuanos. Este enfoque hizo cuestionar las formas en las que han ido funcionando las organizaciones afroperuanas y el propio movimiento en conjunto, ha permitido que hombres y mujeres afroperuanas se cuestionen sus liderazgos y pongan en práctica una participación más equilibrada entre hombres y mujeres. Así mismo han permitido visibilizar la diversidad sexual que siempre ha estado presente en el movimiento, pero que no ha tenido la misma plataforma que las y los miembros heterosexuales. Estos cuestionamientos han impactado en la forma de entender lo afroperuano y de vivirlo en la organización social. En ese sentido, el enfoque interseccional es pertinente y necesario en la reconstrucción de nuevas dinámicas sociales.

En segundo lugar, está el impacto interseccional en los discursos y objetivos de la lucha afroperuana. Algún nuevo integrante de la organización Ashanti Perú comentaba “¿ya no luchamos por la identidad afroperuana? ¿también lo hacemos por la LGTBI?” y en ese sentido, considero que las motivaciones de lucha continúan presentes, pero son las prácticas sociales homofóbicas y machistas las que cuesta trabajo modificar. Se puede seguir luchando por la identidad y liderazgo afroperuano, y al mismo tiempo ser más consciente de las prácticas sexistas y homofóbicas tan enraizadas en nuestras sociedades. Considero que es parte del desarrollo humano, es necesario entender que podemos y debemos seguir manifestándonos por una lucha antirracista, y al mismo tiempo entender que nuestras formas de relacionarnos entre hombres y mujeres, así como en la diversidad sexual, deben ir cambiando. Tenemos que seguir interpelando por el respeto y las reparaciones para el pueblo afroperuano por los años de invisibilidad y empobrecimiento. Al mismo tiempo tenemos que reconocer que también otras identidades han sido invisibilizadas y vulneradas en la Historia de la Humanidad.  

La inclusión de los aportes de las comunidades afrodescendientes en los libros de secundaria de “Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica” ¿son un logro o nuevamente caemos en un canto de victoria?

Son un logro, claro que sí, pero eso no significa un “canto final de victoria”. Es necesario comprender los procesos sociales y políticos. No podemos esperar que en un par de años se logren combatir los más de 300 años de esclavitud en el Perú. Es un proceso escalonado que va ir sumando más espacios ganados en la política peruana. Con un colega hemos realizado una investigación sobre los contenidos de la última edición de los libros educativos. Estos fueron editados entre diciembre del 2018 a diciembre al 2019 y los contenidos visibilizan aportes afroperuanos en la historia, desmitifican conceptos que se suelen utilizar en la cotidianeidad, visibilizan logros organizativos e incluso visibilizan a líderes sociales actuales. Esta información es por demás relevante, viendo a lo afroperuano no únicamente en lo culturalista, sino, abordando problemas históricos y viéndolos como sujetos de derechos. Es un logro que adolescentes de esta generación tengan esos contenidos en sus libros escolares.

Todo es parte de un proceso de incidencia y acción gubernamental. Primero se generaron pequeños libros, “Rutas de aprendizaje en educación intercultural”, que fueron sugerencias para las y los docentes e incluían una sección para el pueblo afroperuano. Luego se emplearon modificaciones en las referencias sobre el pueblo afroperuano, pasaron de ser mencionados como “raza negra” a ser “pueblo afroperuano”, y actualmente se está modificando la currícula y los materiales educativos generados desde el estado. Todos estos pasos no han surgido por iniciativa propia del Estado peruano, son demandas y resultado de una constante lucha del movimiento afroperuano organizado. Y aún continúa, se encuentran muchas deficiencias y áreas por mejorar, no es un canto de victoria final.

¿Cuál es tu visión a corto plazo del movimiento afroperuano?

El movimiento afroperuano se ha diversificado y visibilizado en diferentes áreas, ahora incluso se generó una Asociación de Profesionales Afroperuanos, así como se creó un colectivo AfroQueer de diversidad sexual. Las organizaciones afroperuanas están siendo visibles en diferentes espacios sociales, académicos, políticos y culturales, así como son más visibles en las plataformas audiovisuales. Mi visión es que se consigan generar diálogos entre las diferentes organizaciones afroperuanas, que las relaciones sociales nos ayuden a generar alianzas; crear espacios potentes de reflexión. Imagino un panel en el que se junten líderes afroperuanos de los 80 con jóvenes queer, mujeres trans, personas con discapacidad, y todos, todas, todes dialoguen desde sus experiencias, y se difunda el sentido de la afroperuanidad respetando lo diverso que es el ser humano.

Por otro lado, también considero necesaria la generación de líderes que se vayan ubicando en espacios de toma de decisiones. No es suficiente estar en el espacio social, debemos posicionarnos en los espacios donde se deciden las políticas públicas, donde se decide el rostro que representa lo “peruano” y resignificar las construcciones racistas y coloniales que están en la base de la política peruana. Las organizaciones afroperuanas están formando líderes con voces fuertes y disidentes para que éstas puedan mover las estructuras políticas y económicas.