En clave negra: una perla más en el jazz

Por Bronny

Este texto nace del aprendizaje, estudio y, sobre todo, curiosidad que tengo por la música negra en todas sus vertientes. Durante todo mi tiempo como bailarín y artista, descubrí toda una ristra de musicxs  que, a pesar de tener sus carreras asentadas, no tenían la visibilidad y respeto que en muchos casos si tenían los artistas blancxs. En las historias de la música negra había a menudo un común denominador : casi siempre que la interpretaba un artista blancx tenía más relevancia. Por eso, más que enseñar, pretendo contribuir a la comunidad y quizás reconocernos e inspirarnos de lxs musicxs que han pasado a lo largo de nuestra historia. Quiero señalar artistas negrxs que no necesariamente son o han sido conocidos/as, pero que en muchos casos son indispensables, para entender por qué el dibujo de la música en el tiempo ha desarrollado la belleza, la forma y la valentía con la que la vemos hoy. 

En esta ocasión pongo el foco en el jazz. Y hablar sobre figuras del jazz da para mucho. Y sí, más que menos todxs podemos mencionar a algún artista conocido como el gran Louis Armstrong, pero hoy no profundizaremos en Satchmo -mote con el que se conocía a este gigante del jazz-. Sí lo haremos de la excelente Lil Hardin,su segunda esposa, quien tuvo parte de “culpa” en el fulgurante éxito de Armstrong.

Lillian hardin (1898) fué una pianista y cantante de jazz y swing. Hacia 1920 el jazz ya no era un género menor y entre la comunidad afroamericana había numerosxs artistas de increíble talento que hoy han caído en el olvido. Hardin tuvo el honor de conformar la potente estructura musical del país, en un contexto territorial (el chicago de los años 20) que se posicionaba como uno de los núcleos a tener en cuenta dentro del jazz. En una época donde ser negra era casi un pecado, no lo tuvo fácil para iniciar su carrera en la música, pero se prometió a sí misma que contra todo, lograría su sueño. Su aprendizaje musical del piano clásico, le abría las puertas al conocimiento más técnico de la música, aunque continuaría formándose más adelante en la Universidad FISK (una de las principales universidades negras de EE.UU). No fue hasta principios de los años 20 cuando empezó a tocar en el famoso club Dreamland donde tras comprobar su increíble talento, el también musico “King” Oliver le propuso entrar en “Creole Jazz Band”.  La enorme capacidad creativa de Lil Hardin hizo elevar el nivel de la banda. Para 1922 era una de las mejores agrupaciones de swing del país.

Poco después, ingresaría en la banda el que se convertiría en su esposo, el famoso trompetista Louis Armstrong, lo que hizo que la banda tuviera aún más renombre. Tras casarse, Hardin  logró convencer a Louis para que se fuese a Nueva York. A pesar de la reticencia de éste al principio, se marchó. Armstrong empezaba a brillar con luz propia, entre otras cosas  gracias a la persistencia de Lil Hardin. A mediados de los años 20, Hardin con ayuda de Armstrong forma “Hot Five” , banda que le aportó muchas alegrías económicas. Pero tras separarse, la incombustible Lil Hardin se demostraría a sí misma que no dependería de nadie y formaría otra banda.

Las grabaciones de más calidad que se conservan de esta gran olvidada se remontan a los años 30 como por ejemplo  “Bluer than blue”“Doin’ the suize Q” . Lil Hardin continuó ejerciendo de músico como solista, pero a medida que pasaba el tiempo y nuevos estilos iban calando en las nuevas generaciones, ella dejó de tener el peso y la influencia de la que había gozado años atrás. En 1971,  falleció en mitad de una actuación mientras mostraba magia con su piano. Se iba una de las luces de los locos años 20.