Cuando Harlem hizo vibrar al mundo. Capítulo I : Frankie manning.

 

Frankie Manning (a la izquierda) con algunxs de su grupo de Whitey Lindy Hoppers.

Por Bronny


Bailar es sinónimo de libertad. Cuando bailas, dejas de ser los problemas que tienes… Te conviertes en cómplice del ritmo.

Ritmo era lo que le ‘’sobraba’’ al Harlem de hace justo cien años. Casi sin pretenderlo, muchxs artistxs iniciaron lo que más tarde se conocería como El Renacimiento De Harlem, historia que abordaremos en otros artículos. En poco menos de 10 km, se concentró la mayor población de afrodescendientes del mundo en aquel entonces (cerca de 200.000). 

Libres a nivel creativo, el baile estaba por todas partes. El jazz inundaba todos los rincones, y al igual que la Florencia del siglo XIV, parecía que en cada esquina habitaban genios, poetisas, escritores, bailarinxs…

En una época donde los linchamientos a las personas negras estaban a la orden del día y en la que el Ku Klux Klan estaba más fuerte que nunca, con más de 6 millones de militantes (sobre todo en el sur), bailar era como el agua fresca en un día caluroso.




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Frankie Manning joven




Pronto, a ritmo de lo que años más tarde se conocería como Swing, estilo musical dentro de la rama del jazz, se empezaron a desarrollar movimientos improvisados en las calles y en las salas de baile en las que las Big Bands de jazz ponían la música. Salas como la mítica Savoy Ballroom, vigente desde 1926 hasta 1958, que a diferencia del famoso Cotton Club, si permitía la entrada a personas negras. (Que su principal gestor -Charles Buchanan-  fuese negro ayudó).


No paso mucho tiempo hasta que un nuevo estilo de baile se apoderó de toda una generación: el Lindy Hop. 


A mediados de los años 20, el  Breackway y el Charleston eran las danzas de referencia. El Breackaway, uno de los estilos de baile afroamericanos de la época, acabaría fusionándose con los otros muchos bailes afrodescendientes (se cree que el Aunt Jemima Slide (1914- 1915) , que aparte de tener nombre similar a la conocida marca de sirope, fue una mezcla de movimientos que le llamaron así. También se dice que puede tener conexión con el Cakewalk, Foxtrot, Blackbottom, etc); del momento y con el Charleston, el cual debe su nombre a la ciudad de Charleston, en Carolina del Sur, que es donde se empezó a conocer. Aunque su origen exacto por lo visto está en una pequeña isla muy próxima a dicha ciudad, en la que lxs negrxs ya lo bailaban desde principios de siglo XX. Poco a poco este estilo fue llegando a Harlem y se fusiono con otros conceptos de danza. Fue inevitable que diferentes bailes se abrazasen e impulsasen a miles de jóvenes.  Dicen que en una maratón de baile en  el Casino Manhattan, (1927) un reportero preguntó mientras bailaba a Shorty George, uno de los bailarines más conocidos de la época, por estos movimientos poco comunes. Este respondió: “Lindy Hop”. Supuestamente, el nombre se le dio por el piloto Charles Augustus Lindbergh, cuya hazaña fue completar un vuelo de treinta y tres horas atravesando el Océano Atlántico hasta llegar a Francia.



A medida que el nivel fue creciendo y la fusión de las danzas que vestían las calles cuajó, más y más chicxs blancxs se dejaron caer por Harlem tras sentirse atraidxs por lo que allí se cocía. Muchos bailarines negros vieron la oportunidad de ganar un dinero extra, por este motivo muchos de ellos se empezaron a pegar en las espaldas su dirección y número de teléfono, para que los foráneos de Harlem les contactasen y de ese modo poder enseñarles a bailar.



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Frankie Manning mayor

Pocos años después, a principios de los años 30, entra en escena Frankie Mannign un joven al que su madre y entorno le decía una y otra vez que nunca llegaría a ser bailarín porque era muy rígido. Frankie, dedicó tantas horas en mejorar, que acabó convirtiéndose en uno de los mayores bailarines y coreógrafos de Lindy Hop de todos los tiempos. Tenía un estilo muy acrobático y frenético… Muchos empezaron a inspirarse en él. Como todxs, solía frecuentar la mixta Savoy Ballroom, que es donde logró profesionalizar su técnica. Se le considera el creador de los Air-Steps, los primeros trucos aéreos.  



Como dato curioso, entre las personas blancas que aprendieron a bailar en la Savoy destacó con mucho un joven llamado Solomon Ruddosky, más conocido como “Dean Collins”. Se cuenta que decidió cambiar el nombre porque era de ascendencia judía  y quería pasar desapercibido con su notorio “white passing”. El caso es que Dean Collins viajo a Los Ángeles y llevó el baile de Harlem al oeste, teniendo una más que obvia proyección entre un nuevo y masivo publico blanco.


Frankie Manning no lograba vivir del baile y, tras la gran depresión de los años 30, aceptó trabajar de frega-suelos, limpiador de coches y como cuarto ayudante de cocina pelando patatas y sirviendo comidas en un barco que surcaba el río Hudson. Pero su máxima ilusión seguía siendo bailar y siempre que podía dedicaba varias horas a entrenar. No fue hasta 1935 que el reclutador y nuevo gestor del Savoy Ballroom, Herbert White, aglutinó a los mejores bailarines de Harlem (entre los que se encontraban la considerada como la reina del Lindy Hop, Norma miller). Nacieron los Whitey´s Lindy Hoppers, y Manning se convirtió en su líder. Pronto participarían en varios shows y películas. El extracto de film que hoy traemos, pertenece a la película “Hellzapoppin”, estrenada en 1941. Está considerado uno de los mejores documentos gráficos del Lindy Hop. Se puede apreciar como los músicos y bailarines desarrollan actividades que en ese tiempo eran exclusivas de las personas negras. 

Bailarines: Will Downe, Frances "Mickey" Jones, Bill Ricker, Normal Miller, Al Minns, Will Mae Ricker, Frankie Manning y Ann Johnson.



A pesar del enorme éxito del grupo y ser referente para muchxs afroamericanxs, el grupo se disolvió en 1942. ¿Motivo? EE.UU había entrado en guerra y pese a consideraban a lxs negrxs ciudadanxs de segunda, los llamaron a filas. No tardaron en aprobar una serie de medidas adaptadas a las necesidades de la USA racista de la época. Se derogó (a petición de F.D Roosevelt) la segregación racial en las industrias y eso llevo a que muchos afroamericanxs ayudasen a vencer en una guerra que no era suya. Frankie Manning luchó en Filipinas, Nueva Guinea y en territorio japonés. Llegó incluso a salvar la vida del sargento Montgomery.


Al terminar el conflicto y ya en suelo estadounidense, en un restaurante quiso comer cuando, dadas las leyes de segregación de la época, le quisieron echar violentamente, alegando que no tenían por qué servir a gente negra... Como era habitual, vaya. Pero un señor que casualmente resultó ser Montgomery dijo: “Son negros y han nacido aquí, atiendele o te destrozamos el negocio”.


En 1948, año en el que Truman, que fue antiguo simpatizante del KKK, dicen que se arrepintió rápidamente de este hecho, estableció un plan ejecutivo para poner fin a la segregación racial en el ámbito militar y federal. Tras el fin de la guerra miles de negros que habían luchado por EE.UU, seguían siendo perseguidos y linchados. Este plan se quedo en papel mojado, pues, el temido sur estadounidense, volvió a arreglárselas para seguir segregando y matando a personas negras. En 1948 aparece junto a su grupo “Kangooroos” , crew que había formado un año antes, en la película “Killer Diller”.


El Swing y el Lindy Hop empezaron a decaer, y un triste Frankie Manning tuvo que dejar de bailar. En 1955 encontró trabajo como cartero y estuvo más de 30 años desaparecido del mundo artístico. Todo había cambiado, todo era diferente.

Ya en los 80, un grupo de nostálgicos  fundan la New York Swing Society y contactan con Al Minns, uno de los antiguos Whitey’s Lindy hoppers. Éste recomienda a Frankie Manning, al cual llaman tras fallecer Al Minns. Reticente al principio aceptó enseñar a las nuevas generaciones. Para enseñar tuvo que aprender a contar los tiempos, porque como él mismo diría mas adelante: “En Harlem sentíamos la música sin contarla, nos dejábamos llevar”.  Para la película de Malcolm X (1992) Spike Lee contó como consultores de la coreografía a Frankie Manning y Norma Miller. Se dice que a Manning no le gustó del todo el resultado.


Estuvo enseñando hasta más allá de los 90 años tanto en Estados Unidos como en algunos países de Europa. Frankie Manning dejó de bailar a los 94 años en 2009. Parte de la esencia del black-Harlem y del baile en general perdía a uno de los bailarines que más contribuyó dar forma a estilo de baile.

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